El más reciente comportamiento de la inflación indica que el ciclo alcista de la misma está terminando. Ahora lo importante es cuán rápido la inflación volverá ubicarse dentro de intervalo que el Banco de México ha determinado como su objetivo de tres por ciento, advirtió el analista del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Marcelo Delajara.
En su estudio publicado este mes refiere que existen indicios que permiten estimar que la tasa anual de inflación regresará solo lentamente a un nivel dentro del intervalo objetivo.
De hecho, la persistencia de la inflación en niveles relativamente elevados parece confirmar que la tendencia al alza de ésta durante 2017 se debió tanto al impacto directo como al indirecto (vía contagio de ese aumento a otros precios) del aumento en el precio de las gasolinas.
Ello, explicó, se observa al comparar la trayectoria de la inflación general con la trayectoria de sus componentes: el subyacente, que no incluye los precios de los combustibles, y del componente no subyacente, que sí los captura.
Al interior del subíndice de precios no subyacentes, la asociación entre la inflación para ese grupo de bienes y la inflación en los precios de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno fue muy clara durante 2017.
Prácticamente toda la reducción de la inflación no-subyacente en la primera quincena de enero y hasta marzo de 2018 se debe al ajuste a la baja en la inflación de las tarifas públicas.
Con respecto al componente subyacente, la inflación de las mercancías y de los servicios mostró una gran estabilidad, pese a ubicarse en un nivel elevado, durante todo 2017. Hacia el final de 2017 y las primeras quincenas de 2018 se observa de manera incipiente una tendencia a la baja.
De esta forma, y considerando que la inflación subyacente es un buen indicador adelantado de la inflación general, es de esperarse que la inflación general anual siga reduciéndose en los próximos meses, pero de una manera muy suave, y que 2018 será otro año con inflación relativamente alta.