Este fin de semana el mundo se informó de la detención del ex presidente Brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, a las autoridades judiciales para ser encarcelado por cargos de corrupción.
Desde ese país, uno de los gigantes de la economía mundial, se mandó un mensaje de que todo el mundo está dentro de la ley, y más allá de que si el motivo del procesamiento de Lula es político para evitar que compita por la Presidencia nuevamente, nos pone a pensar en nuestro país y la impunidad insultante que padecemos.
Lula es todo un símbolo en la política brasileña y fue señalado dentro de una operación ilegal en la petrolera, Petrobras. Su proceso aún dará mucho que decir pero lo cierto es que pareciera que en Brasil no hay intocables.
En México basta con ser amigo del sistema para que nadie te toque. La impunidad es una cuestión de grupo, porque todo están involucrados.
Sabemos que una Casa Blanca se convierte en contratos truqueados para beneficiar a muchas personas que están coludidas entre la política y el empresariado.
Nos consta que un socavón es un hoyo de corruptelas donde se involucran un secretario de estado, un gobierno local y una empresa.
Conocemos bien que los gobernantes cuentan con instrumentos para esconder todo las tranzas que se comente, cómo cuando Andrés Manuel López Obrador reservó por 12 años, con acceso restringido, toda la información en torno al segundo piso del periférico, que tuvo un costo de ocho mil millones de pesos y que fue otorgado sin licitación a la empresa Rioboo.
O sabemos que existen chivos expiatorios, como Javier Duarte, quien es detenido y metido a la cárcel pero del dinero que se robó nadie sabe nada.
La nuestra es una historia de impunidad y falta de transparencia. Por eso he hecho la propuesta número 68 que formaría parte de mi plan de gobierno en caso de haber logrado la candidatura presidencial, para poner en marcha una exhaustiva investigación con información de la Secretaría de Hacienda, la Asociación de Bancos de México y gobiernos suscritos a convenios fiscales, a fin de encontrar fortunas inexplicables hechas en México de políticos y empresarios.
¿Cuántos nombres aparecería ahí? ¿Qué pasaría con hombres como Arturo Montiel, Carlos Salinas o muchos más que siguen estando presentes en la poítica mexicana?
Debemos hacer algo ya. El país y nosotros los mexicanos estamos hartos y enojados de tanto político corrupto.
Hasta el momento los candidatos presidenciales se han quedado en la propuesta populista de desaparecer el fuero, al grado de que hemos escuchado a José Antonio Meade presumir que será el primer presidente sin fuero.
Pero los mexicanos necesitamos más.
Es urgente que se acabe con esta clase política corrupta donde impera la regla de que si eres amigo, eres cómplice. Y donde siempre se ha sabido que un político pobre, es un pobre político.
Si quieres conocer todas mis propuestas, te invito a que ingreses a mis redes sociales, ahí te invito a que las debatas y las enriquezcas.
Hablemospormexico.org
@PedroFerriz