En la pasada elección federal Morena ganó todo, la Presidencia, el Congreso y 17 parlamentos estatales. Tiene mayoría para hacer y deshacer.

Hoy tenemos un partido mayoritario y Andrés Manuel López Obrador está ante una Presidencia Imperial.

Y así se ha comportado durante sus primeras semanas como candidato ganador. Las propuestas que está realizando y los nombramientos que ha anunciado están siendo tomados como un hecho.

Nadie se opone a lo que dice el futuro Presidente y quien se atreve hacerlo, inmediatamente es atacado cibernéticamente por una horda de simpatizantes que desacreditan toda voz discordante.

Así le ha pasado a periodistas, analistas e historiadores. En México, según los seguidores de López Obrador, todos debemos de pensar como el próximo gobernante.

Sin embargo, esta actitud perjudicará a nuestro país. Muchos somos testigos de que un partido único es negativo para el desarrollo social y político.

Una sola voz y una sola persona decidiendo nos podría acercar a la violación de derechos fundamentales como el de expresión y de asociación política.

El poder siempre necesita de contrapesos y como saldo de la elección, no se ve un partido que pueda ser una oposición real.

El PRI está tan disminuido que difícilmente podrá tener una voz fuerte en las cámaras y no se ve un Gobernador que pueda ser el emblema de un partido que ni siquiera tiene un consenso de seguir o no con su mismo nombre.

Miguel Ángel Osorio Chong será el líder de los senadores, pero tendrá una bancada tan chiquita y una sombra tan grande que sacudirse como ser el sobreviviente del peñismo; mientras que René Juárez Cisneros, futuro coordinador de los diputados priistas, tendrá que esconder el rostro de haber sido el Presidente del PRI que obtuvo la votación más pequeña de su historia.

En el PAN preparan la noche de cuchillos largos más que reconstruirse para ser un contrapeso. Ahí impera la venganza entre los seguidores de Felipe Calderón, marginados en la campaña y los leales a Ricardo Anaya.

Pero quien quede de pie en esa batalla tampoco tendrá un terreno plano para fortalecerse porque se tendrá que enfrentar a Miguel Ángel Mancera, Emilio Álvarez Icaza y muchos más que no comulgan con los principios panistas pero que fueron puestos ahí por el Frente por México, que buscó sumar a quien se dejará con tal de lograr el poder.

O tendrá que competir con Rafael Moreno Valle, ex gobernador de Puebla que ya ve en el PAN su plataforma para seguir con sus “actividades”.

Ni PRI ni PAN tienen cuerpo para ser oposición ante una aplanadora que seguramente será Morena.

Y es urgente construir una oposición porque así se logrará el consenso.

Solo cambiaremos México si todos participamos. En el país hay muchas visiones que son ricas para una nación que es plural. Todos tenemos voz, callarnos por un partido único y un Presidente imperial, no será benéfico.

@PedroFerriz

Ferriz.com.mxs

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