Es fundamental que las familias estén más ocupadas y no preocupadas, en reforzar sus estándares de buen ejemplo y de comunicación con sus hijos, porque la culpa de la discriminación empieza desde casa.

Así lo consideró Ricardo Fernández Fuentes, especialista en derecho de la Upaep, quien sentenció que el Estado no tiene la culpa de la discriminación, “esa es la realidad”, sino que todo inicia desde el hogar.

Agregó que es en la casa es donde nacen los primeros síntomas que perjudican y envenenan a la sociedad a través de los colegios, grupos sociales, grupos deportivos, por ello, recomendó que en Puebla tanto el sector público como el gobierno, y las familias, asi como las escuelas refuercen sus políticas hacia el interior.

Lo anterior después de que se diera a conocer que con 28.4%, el estado de Puebla se colocó en primer lugar a nivel nacional como la entidad que más ejerce discriminación, según reveló la Encuesta Nacional de Discriminación elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografia (Inegi).

Ante tal escenario, el académico consideró que se deben de emitir políticas para que a través de pláticas y campañas dirigidas fehacientemente a reforzar el derecho a la dignidad humana y a la no discriminación, se pueda fortalecer este valor.

Explicó que hay tres grupos vulnerables que se ven afectados con el tema discriminatorio: sector de las personas con capacidades diferentes; el sector indígena; y el tercer lugar es el de los migrantes.

“Es innegable que todos como sociedad tenemos arraigados algunos vicios que en lugar de favorecer la armonía, vienen a perjudicarla”, lamentó.

Algunos casos de ello -ejemplificó Fernández Fuentes- es el del servicio domestico, es decir, cuando en los hogares se trata de manera inequitativa, desigual, e injusta a las personas que se encuentran en el servicio doméstico, entonces los menores, los hijos copian esos patrones de conducta, la cual la aplicarán fuera de casa.

O también, continuó, desde el momento que se toma el automóvil y se maneja y no les gusta cómo maneja el del enfrente, denostamos su conducta.

“Hoy los Milenialls necesitan ser educados con educación pero sobre todo con mayor amor, en la medida en que se deje la violencia de un lado, me parece que se va a poder corregir muchos de los patrones que hoy imperan”, acentuó el experto.

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