#Puebla| El linchamiento en #AcatlánDeOsorio refleja una falta de civilidad por parte de la población, y de una mala percepción que se tiene de las autoridades; pero nada justifica un linchamiento: Herminio Sánchez, experto en ciencias sociales.
📹:@abel_cuba pic.twitter.com/s8Zs7ZQxv0— Periódico Síntesis (@sintesisweb) 30 de agosto de 2018
Aunque se agarre a un presunto ladrón con las manos en la masa, y no se tenga confianza en la policía, las personas no pueden hacer justicia por propia mano, es decir, nada justifica un linchamiento.
A raíz de lo que pasó en Acatlán de Osorio donde un tío y sobrino fueron quemados vivos, Herminio Sánchez, experto en ciencias sociales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), comentó que la gente puede “suponer” que atraparon a un delincuente, y aún así, si se llega a comprobar que es un verdadero delincuente o todo lo contrario, no se puede tomar la justicia por propia mano.
En un análisis sobre lo ocurrido la tarde del 29 de agosto en la comunidad de San Vicente Boquerón, el especialista indicó que los linchamienos hablan de la falta de confianza en la autoridad, pero también habla de una total falta de civilidad.
“Lo que estamos viendo es una falta completa de civilidad, una rabia descontrolada y en el tumulto el anonimato se aprovecha”, acentuó el académico.
Y es que indicó que delincuente o no, es una vida humana y que no puede ser asesinado de esa naturaleza.
A la par, indicó que también existe una desconfianza en la sociedad, y siempre será una parte importante de la política de seguridad, la percepción que se tenga de los cuerpos policiacos.
Alertó que no todo es cuestión de contar homicidios, sino también la política de seguridad se debe enfocar en cómo mejor la percepción de seguridad en la población.
Recordó que Puebla es de los Estados que tiene menor número de policías por cada diez mil habitantes, entonces convocó a una correcta selección y en el reclutamiento de policías, su capacitación y la interconexión de policías.
Cabe subrayar que Alberto Flores Morales, de 56 años y su sobrino Ricardo Flores Rodríguez, de 21 años, fueron detenidos en la localidad de San Vicente Boquerón, en Acatlán de Osorio, en donde consumían bebidas alcohólicas.
Desde ahí fueron golpeados y los trasladaron a la comisaría de Acatlán que está a unos 30 minutos. Pero la población corrió el rumor de que eran secuestradores, los sacaron de la comandancia, golpearon y quemaron.
