Al menos 2 de cada 10 pacientes que recibieron un trasplante de riñón incumple con la alimentación balanceada y los cuidados después de la cirugía, lo que repercute en el deterioro del órgano que les fue donado.

Así lo advirtió la jefa de Nutrición del IMSS en Puebla, Concepción Contreras Lascurain, al señalar que estos enfermos vuelven a sus viejos hábitos, los cuales en su momento los llevaron al hospital por insuficiencia renal.

Explicó que además de una dieta baja en grasas y azúcar, los pacientes tienen que asumir ciertas condiciones de higiene sanitaria tanto en la preparación de alimentos como en la ingesta de líquidos.

Dijo que una persona que recibió un riñón debe estar bajo revisión por lo menos 2 años, y los primeros 100 días posteriores a la operación son cruciales para que el cuerpo no rechace el órgano y se adapte a su correcto funcionamiento.

«Hay personas que creen que cuando ya salieron de la cirugía acabó el proceso, pero la recuperación es todavía larga y es determinante para que no regrese la enfermedad y no rechacen el órgano que recibieron», expuso.

Evitar comer en la calle, tomar agua y bebidas preparadas con agua potable, así como limitar el consumo de refresco, postres, dulces, son algunas de las recomendaciones hechas por la especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here