Atlixco. La foto de Antonio Rodríguez, en el arroyo vehicular sobre la calle principal de esta ciudad llevo los reflectores de los usuarios de Facebook a debatir en esta red social sobre la realidad de las banquetas en la localidad.

Algunos señalaron que es por el trabajo que desempeña y es su gusto andar en su silla de ruedas debajo de la banqueta, Toñito es voceador; lo que llamo la atención es que otros en esa misma foto señalaron la presencia de una niña en patines circulando de la misma manera que Toñito, en el arroyo vehicular.

Fue entonces cuando las opiniones de los ‘facebukeros’ coincidieron, en que ambos tienen la necesidad de transitar poniendo en riesgo su integridad debido a que las banquetas en Atlixco son para todo menos para los peatones.

El crecimiento del ambulantaje desmedido en la cabecera municipal ha obligado a los peatones, discapacitados y gente de la tercera edad, además de madres con carriolas a ceder su única vía de movilidad al comercio informal.

A esto se suma la necesidad de los comerciantes establecidos de vender, en medio de la una lucha desigual con el ambulante sacan toda clase de objetos al umbral de sus negocios, reduciendo aún más el libre tránsito de los de a pie.

Aunado a esto, la mayor parte de las banquetas de esta ciudad se encuentran en pésimas condiciones, por lo que a veces es más seguro ir en la calle que al menos bachean, que caer en un adoquín sumido o en un registro mal terminado por empleados del Sistema Operador de Agua de Atlixco; pero aún resbalar en una de las entradas para autos que parecen colinas por las diferencias entre el nivel del piso de la calle y de las casas.

Para la gente que usa silla de ruedas el ‘andar’ por las aceras de la ciudad es toda una odisea, pese a que recientemente la administración municipal en turno invirtió, a través de la dirección de servicios públicos de calidad, comandad por Roberto López López para poner rampas en cada esquina del primer cuadro de la ciudad, la realidad fue decepcionante para los supuestos beneficiados.

Las rampas por su equivocada forma de construcción terminaron convirtiéndose en un riesgo, más que un beneficio para los usuarios de sillas de ruedas, tanto así que en algunas esquinas fue necesario volver a hacer el trabajo, mientras que otras las dejaron igual.

El llamado en las publicaciones en Facebook fue para el presidente electo Guillermo Velázquez y bueno en su mayor parte unísono: liberar las banquetas para el uso de los peatones, gente con silla de ruedas, muletas, andaderas, carriolas y de la tercera edad, porque para eso se hicieron, no para los ambulantes.

Es preciso señalar que Atlixco apenas si cumple con el 20 por ciento de la infraestructura incluyente, que requiere cualquier ciudad o Pueblo Mágico. De igual manera muy pocos comercios contemplan a la gente con sillas de ruedas para poder ingresar a sus locales. Y en el tema de estacionamientos destinados para este sector de la población, son poco espetados tanto frente al zócalo de la ciudad como en las plazas comerciales que los tienen establecidos.

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