En México se desperdician 20 millones de toneladas anuales de alimentos, lo que representa un costo aproximado de 25 mil millones de dólares, cifra cercana al valor de exportaciones agroalimentarias mexicana.
El volumen desperdiciado equivale a cerca del ocho por ciento de las 270 millones de toneladas de alimentos que anualmente se generan en el país, sin considerar los que se importan, aunado a un valor equivalente al 73 por ciento de las exportaciones agroalimentarias mexicanas.
En ese contexto, el director de Desarrollo de la Consultora WRAP, Richard Swaneell, al participar en el decimoquinto Foro Global Agroalimentario, organizado por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), señaló que aquella cantidad es preocupante por la creciente demanda de alimentos, ante un número cada vez mayor de la población para 2030.
También se tienen a millones de personas que viven en pobreza alimentaria y sufren algún grado de desnutrición, apuntó el especialista, quien recordó que a nivel mundial la cifra asciende a mil 300 millones de toneladas de alimentos desperdiciados.
Asimismo, refirió que se requiere una superficie similar a la de China para producir la cantidad de alimentos desperdiciados cada año, cuyo costo es de 940 mil millones de dólares, y “es más o menos dos veces a los ingresos de Walmart”, evidenció.
Swaneell recordó que frutas, vegetales y productos de panadería son los más desperdiciados en términos de toneladas, mientras que en México ocurre algo similar con los perecederos.
Con base en datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la mayor cantidad se desperdicia en la cadena de agricultura y transportación en los países en desarrollo, y en casa en aquellas naciones desarrolladas.
Ejemplificó que en el Reino Unido se echan a perder 10 millones de toneladas al año, de las cuales 70 por ciento corresponde a los hogares, e indicó que este país puso en marcha una estrategia y logró reducir 19 por ciento del desperdicio en una década.
“Mientras los países se vuelven más desarrollados y urbanizados, el desperdicio se concentra más en casa… es un reto muy importante que debemos afrontar, porque este nivel de desperdicio no es sostenible”, dijo.