Todos vimos la toma de posesión de Claudia Rivera como alcaldesa de Puebla el pasado lunes.

Dos escenarios que interactuaron entre sí –con fallas técnicas evidentes-: el patio del Palacio Municipal y el zócalo.

Un solo eje discursivo: la izquierda llegó a gobernar el municipio que por cierto, requiere “cirugía mayor”.

El tema no es menor. Es la primera mujer de izquierda en gobernar la capital del estado.

Puebla, México 15 Octubre 2018.- Mensaje de Inicio de Administración 2018-2021; presentación del gabinete y toma protesta simbólica del gabinete y presidenta del patronato del Smdif.
Víctor Hugo Rojas/SÌntesis.

Estoy de acuerdo con diseñar las políticas públicas mediante visiones ajenas al conservadurismo que ha caracterizado a Puebla desde su fundación.

Bueno, qué más debemos saber que el general Ignacio Zagaroza no podía entender a los poblanos quienes no querían que se fueran los franceses, sino que se quedaran para poder tener “sangre fina”.

El colmo del conservadurismo en la actualidad tiene que ver con que no se permiten ver más allá de los muros del convencionalismo.

Y es así que la llegada de la izquierda habrá de refrescar las visiones de gobierno.

Sin duda aplaudo las libertades individuales que defienden los políticos de izquierda. Me encantaría ver que en Puebla las bodas entre personas del mismo género se realicen sin objeción alguna, pero no sólo de los juzgados sino sin objeción social, que es lo más relevante.

Pienso que el libre consumo de la mariguana podría ayudar a desmitificar la sustancia y que puede abonar a reducir la violencia y peligro en la búsqueda de la hierba.

También estoy de acuerdo en que las mujeres no sean perseguidas si abortan y que puedan hacerlo si así lo deciden. Basta ver por ejemplo, que Puebla lidera los embarazos adolescentes en el país, condenando a las “bendiciones” una vida garrafal de miseria.

Sin duda que para Puebla la izquierda en el congreso local y el federal y en buena parte de municipios de Puebla –particularmente en la capital y la zona metropolitana- abonará a derribar buena parte de las barreras que existen sobre ciertas conductas.

Pero lo que considero también es que un gobierno no puede gobernar sólo con ideología.

A Puebla le urge un plan de largo aliento. Un proyecto de obra, servicios y de inclusión que detone las colonias, juntas auxiliares y unidades habitacionales.

Una cuantiosa inversión pública y privada en infraestructura para debilitar el rezago social y las profundas inequidades.

A Puebla le urge tener un plan de gran visión, de largo aliento, hacia el año 2030 que abone a sacar a Puebla del marasmo.

Urge sin embargo, que detengan la delincuencia. Que frenen la corrupción y que sobre todo logren generar armonía en la sociedad. Una sociedad que está confrontada, que es sucia, que no cede el paso a peatones, que roba, engaña y busca transar antes de trabajar.

Ayer, por cierto, gente del ayuntamiento comenzó a recorrer las calles para pedir a los establecimientos comerciales que regularicen el tipo de servicio de recolección de basura que tienen: doméstico o comercial. ¿Qué rápidos, no?

En suma, Claudia tiene un reto del tamaño del municipio: pasar del discurso ideológico a la praxis política que dé resultados.

Claro, apenas está empezando, lleva unas horas despachando en el Charly Hall.

Pero cuenta con poco tiempo, pues el bono democrático no durará para siempre, ni el paraguas de Andrés Manuel cubrirá con manto protector a todos sus discípulos que lograron un cargo.

El voto de confianza, lo tiene.

Gracias y nos leemos el viernes.

En tanto, sígueme en Twitter como @erickbecerra1 y en facebook como @erickbecerramx

 

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