La historia del periodismo mexicano está basada entre la censura y la alabanza al Rey.

Ha sido muy difícil que el poder reconozca el verdadero papel que debe jugar la prensa en un régimen democrático.

Muchos son los ejemplos donde la prensa ha tenido que sucumbir o de plano cerrar sus espacios para que el gobierno esté contento.

No es necesario recordarlos. Es mejor referirnos a los que se provocaron durante este sexenio que termina. Como nunca, el periodismo está acotado, limitado, asfixiado y hasta perseguido.

De hecho, en los estados de la República tener una estación de radio ya no es negocio. Los gobernadores en turno se han encargado de imponer líneas editoriales, y cuando algún conductor se atreve a criticar es corrido, en el mejor de los casos.

Ante la falta de vocación de los gobiernos, se ha optado por censurar, por cerrar espacios, por espiar y aniquilar periodistas.

El resultado de una política de intolerancia a la crítica en los medios es la falta de una opinión pública que permita crecer al país.

Actualmente, no basta con que los mexicanos nos informemos, necesitamos tener una opinión que nos permita decidir.

Andrés Manuel López Obrador ha anunciado la realización de la consulta al pueblo para decidir el futuro del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, pide que la gente opte por mantener las actuales obras en Texcoco o apoyar su idea de construir dos pistas en el viejo aeropuerto de Santa Lucía.

Bien, quizás por la decisión de querer conocer la opinión de los mexicanos, pero lo que imperará en esa consulta será la falta de información y sobre todo de opinión fundamentada de los ciudadanos.

Quienes no tienen conocimientos básicos de ingeniería, arquitectura, aviación y todo lo relacionado con aeronáutica, acudirán porque este ya es tema político, no técnico.

Todo se politiza en este país y es lo que mejor le conviene a López Obrador.

Desde su anuncio, López Obrador sugirió un debate a fondo en los medios de comunicación, sin embargo, éste no se ha podido dar porque desde el inicio de la convocatoria, el equipo de transición, incluido el Presidente electo, se han dedicado a descreditar todas las opiniones a favor de Texcoco.

Ante lo avasallador de la decisión de Andrés Manuel, los medios no tienen armas para ser un contrapeso y no porque no quieran, es más hay casos que merecen ser reconocidos, sino porque no hay quien pueda contra los eventos masivos que realiza por todo el país, donde el Presidente electo ataca a la actuales obras y lo corean sus seguidores.

Y esto es sólo resultado de medios de comunicación que han sido limitados y no generan opinión pública.

Esto va a cambiar pronto, en breve emanarán medios de comunicación que no estarán basados en el alago al Rey, sino su independencia se basará en que no tendrán fronteras. Ahí se hará verdadera opinión pública.

@PedroFerriz

Ferrizonline.com

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