La producción de datos fidedignos y oportunos, lo mismo que su análisis riguroso, son pilares fundamentales para garantizar la calidad de los estudios, el avance científico y, principalmente, la producción de evidencias sólidas para la toma de decisiones por parte de los gestores de políticas públicas.

Con esta línea, y en el marco del 8° Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Población (ALAP) 2018, se presentaron la segunda y tercera semiplenarias: Violencia y mortalidad en América Latina en Ibero Puebla.

En la plenaria Violencia y mortalidad en América Latina se contó con la participación de Vladimir Canudas Romo de Australian National University; Piedad Urdinola de la Universidad Nacional de Colombia; y Roberto Briceño-León del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO).

Con la ponencia The diversity in survival in Latin America and the Caribbean: The lost youth by homicides (colaboración con José Manuel Aburto), Vladimir Canudas expuso cifras alarmantes alusivas al número de homicidios cometidos en América Latina, especialmente en los 28 mil muertos en México y los 50 mil, al año, de Brasil.

Igualmente, señaló que, en países como Jamaica, Paraguay, Nicaragua, Ecuador y Colombia, desde 2010 han aumentado su esperanza de vida, gracias a la disminución. “En México se perdió casi la mitad de esperanza de vida durante el sexenio de Felipe Calderón, gracias al aumento de violencia”.

Roberto Briceño-León, expuso Las muertes violentas en América Latina: procesos sociales y retos políticos, esto a través de las experiencias del Observatorio Venezolano de Violencia.

“Según la OMS, América es uno de los continentes con más número de homicidios en el mundo. Toda la violencia que existe no es necesariamente por guerras, sino por homicidios” precisó el representante de LACSO.

Con este escenario, Roberto Briceño señaló que la violencia siempre va a cambiar, dado a los diversos factores sociales, políticos y económicos que existen en las regiones, pues la carencia y los ingresos de un país influyen en su población y su forma de vida. En esta misma sintonía, Piedad Urdinola, de la Universidad Nacional de Colombia, presentó The invisible consequences of violence

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