El resultado de la consulta no importa. Si será Texcoco o Santa Lucía, tampoco importa.

La verdadera relevancia para Andrés Manuel López Obrador es que los mexicanos respondieron a su convocatoria.

¿Qué si sólo acudieron a votar menos del uno por cierto? Tampoco importa. El país supo que por primera vez, un gobierno de transición convocó a una consulta popular y ésta se realizó.

El camino ya está trazado para el próximo gobierno. La consultitis será la política que se utilizará para legitimar decisiones controvertidas de gobierno.

Pero sólo se expondrán a las urnas aquellos temas donde López Obrador y su régimen salgan bien librado. ¿Qué pasaría si se hiciera una consulta para bajar o mantener el precio de la gasolina? ¿Cuántos participarían?

Pero el llamar al “pueblo” a participar no es una práctica desconocida para el Presidente electo.

Cuando aspiraba a la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal, también convocó a sus simpatizantes y a la postre ganó la candidatura y el gobierno capitalino.

En febrero de 2001, el entonces jefe de gobierno sometió a consulta el horario de verano, en ese entonces participaron 321 mil 933 ciudadanos, dando como resultado que el 75% se pronunciara en contra de esa medida y el 25% a favor.

Aunque su iniciativa ganó, porque se realizó; ninguna autoridad federal la aceptó y fue la propia Suprema Corte de Justicia quien rechazó que esa consulta en el DF haya sido legal.

El obstáculo que enfrentó en ese momento Andrés Manuel es que él no podía decidir sobre políticas federales como el horario de verano.

Pero a partir del próximo primero de diciembre todo cambiará para López Obrador. Será Presidente de México y tendrá una mayoría aplastante en el Congreso y en el parlamentos locales, que le garantizará realizar las reformas que considere necesarias.

De ahí, que el resultado de la consulta sobre el aeropuerto no sea tan importante para el próximo Presidente de México. Él mostró que su sistema de consultas populares funciona para sus intereses y durante los próximos seis años veremos como este ejercicio lo aplicará constantemente.

Y ante esta decisión del futuro gobierno habrá que replantearnos muchos temas políticos en México.

Uno de los más importantes será sobre nuestro sistema electoral. Hay que recordar que el Instituto Nacional Electoral está construido sobre la desconfianza en nuestras elecciones.

Si el INE es caro, es porque ese es el precio de nuestra falta de credibilidad. Nuestras sospechan nos cuestan muy caro, miles de millones de pesos, consejeros electorales que ganan muchísimo y hasta aguantar al Presidente del instituto que se burlen de los indígenas mexicanos.

Con la consulta sobre el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México todo eso cambiará.

Para su realización, Andrés Manuel no necesitó de personal capacitado, de un Padrón Electoral depurado, ni las decenas de candados que tienen las actuales boletas electorales. Para el próximo Presidente sólo bastará la voluntad del pueblo, de un pueblo honesto.

La consulta sobre el aeropuerto dejará mucho a México en su futuro político. Por eso, fue un éxito independientemente si ganó Texcoco o Santa Lucía.

@PedroFerriz

@Centralfm_

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