San Gabriel Chilac. Reparar las cruces de los seres queridos ya fallecidos en los días previos al “mikilhuitl” o fiesta dedicada a los muertos, es una costumbre propia y singular que conlleva toda una mística de trabajo en San Gabriel Chilac, municipio enclavado en la mixteca poblana.
Para el artesano, José David Duarte González, su labor no sólo implica pintar o arreglar una simple cruz de madera, sino que encierra un gran simbolismo, pues representa el recuerdo que los familiares tienen de sus seres queridos ya fallecidos.
“Lo que hacemos va más allá, es algo muy significativo, y nos sentimos muy orgullosos porque sabemos que nuestro trabajo forma parte de una tradición, con lo que de alguna manera se ayuda a que conservemos nuestra cultura y las raíces que nos identifican como pueblo”, expresó.
La costumbre consiste en que los deudos mandan a pintar las cruces ya deterioradas por el paso del tiempo o las renuevan para que estén presentables durante la celebración dedicada a ellos.
Del primero al 31 de octubre, estimó que se reciben unas 800 cruces, a las que se limpia, se lija, se les barniza, se les pinta y en algunos casos se les adorna con flores nuevas, de tal modo que el 2 de noviembre estén listas para recibir a Todos los Santos y a los Fieles Difuntos.
Detalló que únicamente son dos los talleres que realizan esa actividad que caracteriza al municipio. En el caso de “Cruces Duarte”, mencionó que laboran cinco personas, entre ellos su padre, una hermana y una cuñada, quienes en esta temporada trabajan hasta altas horas o toda la noche para atender los pedidos.
El entrevistado comentó que 17 de los 32 años de edad que actualmente tiene, los ha dedicado a esa labor que a nivel familiar suma ya tres generaciones. “Mi abuelo, mi padre y ahora yo, al igual que otros de mis hermanos, estamos orgullosos de ser artesanos de la madera”, exclamó.
El resto del año se ocupan en la carpintería en general y en la hechura de cruces nuevas de madera, material muy usado en esta comunidad en memoria de Jesús, quien fue crucificado en una cruz de madera, “por eso, para nosotros la madera es muy representativa”, subrayó.
Agregó que la situación económica es difícil, y a pesar de que se han encarecido los materiales utilizados (pintura y barniz principalmente), cobran entre 50 Y 80 pesos por la reparación de cada cruz, esto, incluye la placa con letras a mano que identifican al fallecido. «Es cierto que las ganancias son mínimas, pero, lo hacemos por amor a la tradición”, afirmó.
Aún cuando tal acción sólo se acostumbra en San Gabriel Chilac, refirió que hay personas de Tlacotepec de Benito Juárez, San Francisco Altepexi y otros municipios circunvecinos, de donde últimamente también solicitan el arreglo de sus cruces.
Confió en que las tradiciones mexicanas e indígenas se conserven, ya que «son herencia de nuestros antepasados, por ello, es algo muy valioso, además, sabemos y claramente sentimos que en estos días vienen nuestros difuntos a visitarnos”.
Duarte González hizo un llamado a los directivos y profesores de las escuelas para que refuercen la cultura nacional y eviten influencias extranjeras como el halloween.
OTROS DATOS
San Gabriel Chilac es un municipio reconocido a nivel estatal, nacional e internacional, por la forma peculiar en que recuerda, recibe y festeja a sus seres queridos ya fallecidos. Ahí, se sigue desarrollando como antaño la fiesta dedicada a los muertos o “mikilhuitl”, tradición que data de tiempos prehispánicos y en cuyo ritual se plasma la costumbre indígena que encierra toda una filosofía y refleja su cosmovisión, lo que le valió, en 1996, el reconocimiento como Patrimonio Cultural del Estado de Puebla.
La población se localiza en la parte sureste, a 19 kilómetros de Tehuacán y 139 kilómetros de la ciudad de Puebla, posee una superficie de 104.61 kilómetros cuadrados y cuenta con alrededor de 15 mil habitantes, todos bilingües y algunos trilingües, ya que dominan tanto el español como el náhuatl y/o el popoloca, y tienen como actividad principal el cultivo de ajo y el bordado de prendas típicas.
