Atlixco. En esta región son dos los municipios que año con año compiten para atraer la mayor cantidad de turistas amantes de la temporada de Todos Santos, se trata de Huaquechula que por décadas ha sido el centro de esta festividad, pero ahora Tochimilco levanta la mano desde hace algunos años mostrando su también peculiar forma de honrar a sus fallecidos.
En conjunto ambos municipio exhibirán 82 ofrendas nuevas durante el primero y dos de noviembre, ofrendas que se dedican en ambos casos a todos los fallecidos durante el último año, previo a esta conmemoración.
En Huaquechula son 32 los altares monumentales milenarios que se colocaran, entre ellos destaca el de Antonio Cazabal, quien falleció hace algunos meses asesinado, pero que la vida le permitió crear el festival de Muertos en este lugar con el objetivo de rescatar y preservar las tradiciones de su amado municipio.
En este lugar los alatares tienen un costo superior a los 50 mil pesos, debido a que son trabajos artesanales que pocas familias se dedican aun a realizar, es preciso señalar que desde la estructura hasta los ‘llorones’ son hechos por manos expertas y oriundas de este municipio, el pan, los adornos de latón, las ceras, el chocolate, el mezcal, las alegrías, el tejocote, el mole, el arroz, cada cosas colocada en el altar paso por las manos de los huaquechulenses, quienes les dan forma y sabor.
En Tochimilco por su parte, serán 50 los altares nuevos, que de la misma manera tienen costos elevados y que al igual que en el municipio vecino reciben un apoyo por parte de la administración municipal para realizarlos y no dejar que esto muera por la falta de recursos.
Aquí es tradicional el pan colorado, la nieve de leche quemada, los dulces de calabaza, de tejocote, el pan mamón, así como los platillos tradicionales que son colocados en altares de diversos niveles como lo marca la tradición. Resalta en este año la ofrenda realizada a base de puro pan con decorado, un trabajo artesanal en la cabecera municipal.
Ambos municipios apuestan por atraer a muchos turistas en estos dos días donde los dueños de las casas donde se colocan los alatares nuevos comparten los alimentos con todos los visitantes.