¿Cómo va a gobernar Martha Erika con un Congreso opositor, con mayoría de alcaldías importantes en manos de la oposición y con un gobierno federal hostil?
Esa es la interrogante que se hizo el analista político de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Miguel Calderón Chelius, quien indicó que Martha Erika Alonso, tendrá que reconocer que la oposición es mayoría en el Congreso del Estado con Morena, y y tendrá que existir respeto de parte del Ejecutivo a esa oposición, y viceversa, para que realmente exista gobernabilidad en la entidad.
En entrevista, el académico advirtió que se necesita que haya diálogo entre ambas partes, que se busquen espacios de respeto, donde estén las diferencias, pero que se pueda gobernar.
Para ello, el experto consideró que deben haber “mínimos” acuerdos.
“El estado no va a ser gobernable si no hay mínimos acuerdos entre los dos poderes; donde haya respeto”, advirtió.
Y es que alertó que si el Ejecutivo opta por tratar de coartar al Congreso del estado, la situación será muy delicada.
“Me parece que no pueden volver a gobernar como gobernaron ya el estado, con Rafael Moreno Valle y José Antonio Gali, lo tienen que hacer de otra manera; no me queda claro que la nueva gobernadora vaya a tener los talentos para gobernar con una sensibilidad tan distinta”, subrayó.
Indicó que queda claro que es un gobierno que no representa a todos, ni que goce de plena legitimidad. “Tendrá que demostrar que tiene la estatura para gobernar el estado”.
Puntualizó que el gran temor es que el morenovallismo busque repetir las prácticas que tuvo como gobierno, las prácticas que tuvo en el proceso electoral, de buscar manipular y comprar voluntades para beneficiar sus propios intereses.
“Si eso se da así lo que vamos a tener un desgaste paulatino de los procesos políticos en Puebla; necesitamos muchos oficios políticos”, dijo.
Sin credibilidad
Por otra parte, Calderón Chelius indicó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, no goza de la confianza de los actores políticos, ni de la ciudadanía, de tal manera que no se consideran sus desiciones imparciales.
“Ese es el problema cuando enfrentas el problema de una elección compleja; el no contar con autoridades que gocen de la credibilidad, genera un problema”, expuso.
Añadió que la decisión que tomaron los magistrados generan muchas dudas porque -a decir del experto- pes claro que había suficientes elementos para demostrar la manipulación del proceso electoral del pasado 1 de julio en Puebla.

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