La fe y devoción se desbordó en la celebración de Viernes Santo que se desarrolló por las calles de Puebla donde la presencia de la imagen del Niño Doctor y el Señor de las Maravillas fueron las más veneradas en esta festividad, que reunió a más de 160 mil personas.

Una de las imágenes que acaparó la atención desde su arribo a la capital poblana fue la del Niño Doctor, que por primera vez salió de su templo ubicado en Tepeaca para acompañar a los creyentes que buscan la sanación física y emocional.

Cada una de las imágenes salió de sus iglesias, acompañadas de sus Cofradías siendo la de Jesús Nazareno y el Señor de las Maravillas, las que llamaron poderosamente la atención por la intensa preparación psicológica y emocional para acompañar esta procesión.

Al paso del contingente se desbordó la pasión y la fe y es que entre cánticos, porras, vivas, el sonido de las matracas y el color del confeti, cientos de poblanos se sumaron en este tiempo y momento de oración y reflexión.

Asimismo se pudo observar a cientos de personas que agradecidas entregaban diversos obsequios a quienes acompañaban en la procesión, desde flores hasta pulseras, imágenes benditas podían recibir esto por los favores recibidos por estas imágenes.

Fue así que en  punto de las 12:00 horas, las seis imágenes más veneradas de Puebla ya se encontraban en el atrio de la Catedral, ahí  cientos de feligreses esperaban acompañarlas. El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa señaló que estás son las imágenes más queridas y con un mayor números de devotos, se sumó a este peregrinar la imagen del Niño Doctor, la cual fue solicitada por los miles de enfermos que tienen depositada su fe.

«Ese niño que nace en Belén nace para morir, los palos del pesebre después se convertirán en la cruz”, fue el primer mensaje que rindió el responsable de la comunidad católica en el estado, al señalar que se debe reflexionar los misterios de la pasión y sufrimiento de Jesucristo “este momento nos debe ayudar a crecer en la vid de fe y en nuestra  vida cristiana».

De esta manera inició la procesión, siendo el Niño Doctor quien encabezó la misma, miles de feligreses salieron a las calles para observar el paso del contingente, desde las terrazas de los restaurantes ubicados en la zona, se cantaban plegarias, algunos otros lloraban y agradecían ser parte de esta procesión.

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