El caso Mario Marín sigue dando de qué hablar. Lorenzo Rivera Sosa, presidente estatal del PRI, salió a dar la cara este domingo en una conferencia de prensa para difundir el estatus de la campaña de Alberto Jiménez Merino en busca de la gubernatura del estado de Puebla.
Hizo su recuento y lanzó las principales directrices que a su consideración son bien evaluadas en estas dos semanas de campaña de su gallo.
Cuando tuvo que entrarle a las preguntas de los reporteros, asumió el tema, no hay otro: Mario Marín.
El exgobernador de Puebla, quien la semana pasada fue noticia internacional y por supuesto en el país, debido a la liberación de una orden de aprehensión en su contra por el delito de tortura en agravio de la periodista, activista y escritora Lydia Cacho.
Lorenzo Rivera asumió que no podía defender a Mario Marín y por esa razón dijo que se defenderá solo. El PRI, pues, no se encargará de defenderlo ya no sólo en el ámbito jurídico sino que tampoco en el político.
Esa decisión seguramente le traerá algún costo político al presidente del PRI con respecto del grupo –reducido y subrepticio- pero era mucho más conveniente salir a desmarcarse del exgobernador.
En caso de no desmarcarse, el PRI acarrearía todo el peso de la opinión pública que hoy claramente ha dado la espalda a Mario Marín, pues se convirtió en el villano favorito de los poblanos.
Sin duda alguna, se concrete o no la detención del exgobernador, el PRI está tocado y tendrá consecuencias en las urnas el 2 de junio.
El tricolor aspiraba a luchar en esta campaña cuando menos para pelear el segundo lugar por recepción de votos pero con el fenómeno Marín seguramente le será más difícil conseguirlo.
Para Lorenzo Rivera, quien después de la elección tiene planes para construir una carrera al frente del tricolor que no concluya con esta campaña, era más importante mandar un mensaje a la sociedad de que no respaldará a un personaje tan repudiado no sólo por los poblanos sino por los medios a nivel nacional.
El trazo ahora de la campaña de Jiménez Merino tendrá que cambiar y tendrá que lanzar mensajes que puedan, primero, ser escuchados por los electores, y después, tratar de convencerlos, en medio de una lucha que se antoja casi imposible, dada la distancia entre el morenista Miguel Barbosa y Enrique Cárdenas, del PAN –de cuando menos 18 puntos de acuerdo con la encuesta telefónica Massive Caller publicada en http://efekto10.com/barbosa-aventaja-segun-encuestas-de-massive-caller/
Pero no es el único caso, en Baja California, donde también se pelea la gubernatura pero de manera ordinaria, el candidato de Morena –Jaime Bonilla Valdez tiene 39.3% de las preferencias electorales contra 16.8% del candidato del PAN Óscar Vega Marín.
Claro, hay que decir que la encuesta es telefónica, de ahí que los márgenes de diferencia podrían ser mayores.
Gracias y nos leemos el miércoles.
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