Tehuacán.- La mezcla de harina de trigo, manteca vegetal, leche, huevo, piloncillo y miel de abeja, dio como resultado hace más de 75 años una nutritiva galleta conocida como muégano, mismo que por su sabor gusta a propios y extraños, siendo la marca “El Águila Real”, la pionera de esta tradición regional que se ha transferido a por lo menos cuatro generaciones, da empleo a 18 personas y produce alrededor de 10 mil piezas diarias.
Dicha empresa nace en 1938 como un negocio familiar-artesanal, sin embargo, a partir del 11 de noviembre de 1988 se constituye como micro industria acreditada ante la Ley Federal de Fomento a la Micro Industria. Tras la muerte de su fundador, Don Pioquinto Bustamante, el 23 de enero de 1990, queda al frente su hijo Facundo Bustamante Cervantes, quien continúa la tarea con el apoyo de sus hijos.
El establecimiento original, después de permanecer por alrededor de 50 años en la Colonia Guadalupe Hidalgo, se trasladó el 7 de septiembre de 1989 a su domicilio actual que es 3 Sur Número 519 Colonia Centro.
En sus inicios, la elaboración del muégano era cien por ciento manual; no obstante, con el afán de sobresalir y elevar la producción sin dejar de lado la receta auténtica y atender la demanda a veces no satisfecha de los clientes, se aplicaron mejoras tendientes a la modernización e innovación en cuanto al procesamiento y presentación de este artículo que se caracteriza por sus ingredientes naturales.
En ese aspecto, el gerente general y socio fundador, Facundo Bustamente Cervantes, puntualizó que a pesar de la competencia existente en este sector, el objetivo es alcanzar el liderazgo y ser reconocidos no sólo a nivel nacional sino internacional, dado que están comprometidos con la calidad y el servicio.
Explicó que lo que se produce se distribuyen no nada más en Tehuacán, sino en otras ciudades de los estados de Puebla y Morelos, aparte de que hay planes para ampliar el mercado doméstico interno hacia Veracruz y Oaxaca y se están creando alianzas estratégicas a fin de que importantes empresas de la República Mexicana comercialicen su producto.
Agregó que se ha reducido los tiempos de producción; por ejemplo, la preparación de la masa –que es el primer paso- se disminuyó de dos horas a 15 minutos con el uso de la amasadora. Le siguen el laminado y el cortado de la masa -que todavía se hace a mano- y el horneado, cuya capacidad se incrementó de 16 a 42 charolas, con un lapso de cocción de 20 minutos, a una temperatura de 200 grados centígrados.
Luego se procede al enmielado -donde se baña de miel la galleta-, terminando esto se cubre con la oblea y se embolsa, lo cual con la adquisición de una maquina “embolsadora” se acortó de 3 a 1 hora o menos, tomando en cuenta que aún no se le tiene trabajando ni a la mitad de su capacidad.
Con el rostro cansado, pero orgulloso porque esta actividad persiste a través del tiempo; el entrevistado sostiene que elaborar el muégano le ha dejado muchas satisfacciones.
“Es grato para mí ver que a la gente le agrada lo que hacemos, habla bien de nuestro producto y lo lleva con gusto”, concluyó.