También la vulnerabilidad en materia del oficio periodístico en México tiene rostro de mujer, según lo expresado en Málaga por Lucía Lagunes, coordinadora general de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC).

La presentación del informe “Herencia de un sexenio: simulación y desplazamiento, violencia contra mujeres periodistas 2012 a 2018” al que tuve oportunidad de asistir, puntualizó la enorme fragilidad por la que atraviesan todas aquellas personas inmersas en los medios de comunicación.

México, dijo la activista a la que entrevisté en exclusiva, tiene el primer lugar en América Latina por agresiones contra periodistas y a nivel global se ubica en el tercero, en este mismo renglón.

Y si durante el sexenio de Felipe Calderón mucho se habló de la vulneración de la libertad de prensa y de la persecución contra algunos periodistas, para Lagunes la situación empeoró de 2012 a 2018 con el mandatario Enrique Peña Nieto “sobre todo aumentaron las agresiones contra los periodistas en Ciudad de México”.

Las cifras que presentó dan cuenta de un incremento del 321% en el número de agresiones y vulneraciones sobre todo contra mujeres periodistas, con Calderón se registraron 121 casos y con Peña Nieto 448.

 “Hay una deuda que hereda el nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se tratan de casos por esclarecer los crímenes contra periodistas fundamentalmente”, dijo.

Le cuestioné si en sus informes tiene constancia de que el narco es el principal flagelo de la actividad informativa, a lo que Lagunes puntualizó que la documentación de los casos que han recabado revelan que el gran problema son los agentes del Estado.

“No es el narco, son los policías, los funcionarios públicos, miembros del ejército, es decir, son las fuerzas del Estado de los tres niveles de gobierno municipal, estatal y federal las que persiguen y atentan contra los periodistas”, subrayó.

En estos momentos hay compañeros y colegas desplazados al interior de México, muchos otros exiliados o bien refugiados en otros países “es una enorme desgracia”.

Para la premio Internacional Libertad de Prensa, el sexenio que concluyó el pasado 1 de diciembre, ha sido el peor de la historia reciente “en eso coinciden muchas organizaciones”.

Le pregunté a Lagunes qué se necesita para respetar al periodismo en un momento en que ella mismo reconoció hay miedo para ejercer el oficio “pero la dignidad de los periodistas mexicanos es elevada” siguen haciendo su trabajo en un contexto adverso.

En opinión de Lagunes se requiere fortalecer al Estado, una mayor apertura, una democracia más fuerte “porque el problema es que cuando se tienen gobiernos autoritarios, al atentar contra su estatus quo” hay una elevada intolerancia a la crítica y al cuestionamiento. “Y surge una respuesta violenta”.

Encima es dramático que suceda en México porque no tiene ningún conflicto armado pero lleva años con una situación de riesgo que equipara al país al nivel de un periodista inmerso en un escenario como el de Irak, Afganistán o Siria. “Pero en México no hay guerra”.

Por eso, insistió la directiva de CIMAC, es tan grave la herencia de Peña Nieto porque se observa “un estado democrático fracturado” donde las instituciones no hicieron su trabajo “porque no han investigado nada” y esa impunidad es una invitación para la repetición del delito.

A COLACIÓN

También hablé con Bernardo Díaz Nosty, titular de la cátedra Unesco de Comunicación de la Universidad de Málaga, él lamentó la “anomalía en la seguridad” del país azteca.

Para él, el periodismo en el mundo pasa por sus horas bajas aunque en México esta situación ya lleva “largo tiempo”… la esperanza pasa porque este nuevo sexenio embrionario mejore el marco del estado de derecho y termine con la impunidad. Ojalá que así sea…

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here