El director del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, Germán Molina Carrillo, indicó que la nueva Reforma Educativa impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, cumple con varios objetivos, por un lado, el tema de los estudiantes y por otro el de los maestros, a quienes se les da un papel más importante.

“Yo creo que el compromiso que había planteado López Obrador de lograr esa inclusión se está cumpliendo en esta reforma, y estableciendo cambios para que la evolución de los maestros ya no se haga como para fines de la permanencia del maestro”.
Defendió que ahora se establecen criterios más equitativos hacia los docentes, respetando su antigüedad, su escalafón y sobre todo, buscando respetar sus derechos laborales.

“Yo creo que tiene muy buenas intenciones y es una ley que busca resolver de forma definitiva lo que ha sucedido en el 2013 para acá; pero, creo que dependerá mucho de la sensibilidad de los gobiernos, secretarios y docentes, para que, en ese tema, realmente se termine con el clientelismo magisterial, con los vicios de los sindicatos, y se anteponga al derecho de los niños y jóvenes”, sentenció.

Celebró la desaparición del INEE y que ahora se cree otro organismo para enfocarse a los maestros y programas educativos, pero sobre todo tomando en cuenta parámetros internacionales, de qué forma México va avanzando, de acuerdo a sus criterios, para mejorar la educación en el país.

Subrayó que habrá quien critique la reforma, en cuanto a que el hecho de que el estado no tiene la capacidad para cubrir al 100 por ciento el tema educativo, sobre todo en las escuelas oficiales, “pero yo creo que será un proceso que llevará todo el sexenio de López Obrador”.

Además, está el hecho –dijo- que se preparen maestros que puedan enseñar en la lengua materna a los grupos indígenas, lo que se había tratado de disfrazar, pero hoy “tiene otros enfoques”.

En cuanto a que, si los programas son populistas y buscan volver clientelar el tema educativo, el directivo indicó que solo se les está dando preferencia a grupos mayoritarios y no tiene un conflicto con la educación privada.

A partir de ello, indicó que el principal reto que tendrá el presidente y el secretario de Educación federal, es que los planteles que se vayan creando, tengan calidad.

“Eso cuesta e implica una inversión muy grande en infraestructura, catedráticos, apoyo de tecnología, y creo que eso será los más caro de este proceso”, indicó.

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