Es la política del caos: la acción temeraria y desmedida de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de utilizar el amago arancelario para llevar a cabo una política coercitiva frente a terceros y que significa retrotraer al mundo a tiempos de entre guerras.

Ni siquiera a una Guerra Fría 2.0 en la que Rusia y ahora China vuelven como objeto de obsesión de la Casa Blanca, me refiero a retornar en el tiempo varias décadas atrás a esa etapa nebulosa y elevadamente proteccionista que secundó el final de la Primera Guerra Mundial… ese breve espacio de medidas ariscas y sanciones comerciales de unos a otros que antecedió a la Segunda Guerra Mundial.

En esa dialéctica histórica que Carlos Marx desdibujó en una espiral repetitiva de ciclos, últimamente me he preguntado si Trump es un moderno Hitler del siglo XXI.

No es solo Trump per se, a él lo vemos, lo oímos, leemos sus tuits es lo que él representa me refiero a todos los intereses poderosísimos que están detrás de él aupándolo para que los proteja frente a China, respecto a Rusia y desde luego versus el resto del mundo.

Es como cuando surgieron los camisas negras en Italia, se marca un momento en el tiempo interesantísimo al paso del capitalismo industrial, del desplazamiento de la mano de obra y del surgimiento de una nueva clase en el poder en Italia. Fue el origen embrionario del fascismo que años más tarde rodeó a Benito Mussolini.

El actual momento histórico es de un tránsito provocado por la vorágine tecnológica que está sacudiendo los cimientos geopolíticos, las columnas geoeconómicas y desde luego confrontando a los medios de producción con sus respectivas fuerzas de trabajo. Y no es para menos encima está el desafío inminente del internet de las cosas y la inteligencia artificial.

Trump está representando los intereses de un fuerte grupo de élite poderosísima que se resiste a ceder un ápice de poder en este fase de tránsito del capitalismo tecnológico.

Geopolíticamente tiene abierta una confrontación con Corea del Norte, Irán, Palestina y con Rusia tiene sus más y sus menos… y geoeconómicamente mantiene una guerra comercial con China pero también sanciona a buena parte de los países desde Irán hasta México.

A COLACIÓN

El anuncio de gravar con aranceles del 5% a todas las importaciones mexicanas a partir del 10 de junio próximo, como forma de castigo por los flujos migratorios, ha caído como un balde agua fría en Europa.

El amago de Trump podría aumentar un 20% más los aranceles en los próximos cuatro meses hasta completar un gravamen ad valorem del 25% total contra las importaciones que realicen de México.

En la Unión Europea (UE) se han quedado patidifusos, ya no es únicamente golpear a China sino hacerlo también con la economía azteca que es la puerta de entrada a la Unión Americana para todos los conglomerados europeos que desean aprovechar su situación comercial con Estados Unidos y Canadá gracias al TLCAN y luego a la renegociación con el TMEC; este nuevo acuerdo de libre comercio digámoslo es papel mojado… con Trump nada tiene validez. No conoce la palabra.

El viernes pasado, las bolsas europeas se tiñeron de rojo: el Ibex 35 cayó 1.68%; la bolsa francesa con el CAC 40 bajó un 0.79%; el mercado bursátil en Alemania descendió un 1.47%, la bolsa de Italia lo hizo un 0.73 y en Reino Unido, la bolsa londinense con el FTSE 100 bajó un 0.78 por ciento.

Algunas empresas se vieron más afectadas que otras dependiendo de su grado de vinculación económica y de exposición al riesgo de México, tal es el caso de BBVA, la acción del grupo financiero español se desplomó un 4.09% y CIE Automotive perdió un 4.41 por ciento.

También la relación del tipo de cambio del peso respecto al euro se resintió después de unos días de oscilar entre los 21.25 y 21.35 pesos por euro; al finalizar el mes nuevamente rebotó hasta los 22 pesos por euro.

Hay un temor en la UE porque Trump, de cara al verano, cumpla su amenaza de imponerle aranceles a las importaciones de autos fabricados en la UE… lleva seis meses advirtiendo que lo hará.

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

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