Son varios los políticos poblanos que quieren y buscan ya un nuevo cargo público de cara a los comicios del 2021, en particular la presidencia municipal de Puebla que por ahora encabeza Claudia Rivera Vivanco y su partido Morena.

Sobre todo ahora que la ciudad está convertida en un verdadero infierno por la ingobernabilidad, la inseguridad, el desorden vial y comercial, particularmente en el centro histórico, y por todos los conflictos generados por una mala gestión.

Porque evidente y lamentablemente la cuarta transformación todavía no ha llegado a la ciudad.

No hay resultados en materia de combate a la delincuencia, a los robos en sus distintas modalidades, no hay inversiones de empresas grandes que permitan la generación de empleos, no existe la promoción turística en el Ayuntamiento de Puebla, ni proyectos que atraigan a los visitantes nacionales y extranjeros, en fin.

La ciudad es un caos y el resultado de los comicios pasados es el mejor ejemplo de ello.

Claudia, Morena y la famosa 4T perdieron la elección en la zona conurbada y con ello la credibilidad que tenía el proyecto de gobierno que pretende implementar la edil, quien se la ha pasado tratando de justificar error tras error cometido por ella y por sus colaboradores.

Ante esto, son varios los tiradores al cargo de presidente municipal de Puebla porque evidentemente ella no podrá reelegirse en 2021.

El enfado de los poblanos es demasiado y ya se lo hicieron saber en las urnas el pasado 2 de junio, así que a Claudia Rivera ni los votos ni los números electorales le podrían favorecer en la próxima elección.

A Claudia Rivera la reprobaron en su primera prueba los ciudadanos, quienes prefirieron votar por el PAN en la capital debido a su gris gestión y al pésimo trabajo realizado en la ciudad.

Vaya reto que tiene el gobernador electo, Luis Miguel Barbosa Huerta, quien ya prometió que cambiará la política y la gestión pública en el estado en beneficio de los ciudadanos.

Y es que tan sólo en Puebla capital, debido a la pésima gestión de Claudia Rivera, Morena apenas obtuvo en los comicios pasados 52 mil 765 votos, contra los 88 mil 396 del PAN.

Empero, después de eso llegó lo peor.

A la edil poblana se le ocurrió la puntada de relanzar su gobierno y dar un plazo de 2 largos meses para evaluar a sus funcionarios, quienes a pesar del risible y ridículo ultimátum siguen dando pena.

El caso es que el PAN, y el resto de la oposición, ya vieron que Morena es un partido débil en la capital y en una de esas podrían arrebatársela gracias al fracaso de Claudia Rivera.

Así que en el PAN ya hay varios tiradores que desean apuntarse como aspirantes al gobierno de la ciudad como Eduardo Rivera Pérez, ex edil y ex candidato; Humberto Aguilar Coronado, integrante de CEN panista; Mario Riestra Piña, ex secretario general de la Comuna; Jorge Aguilar Chedraui, ex funcionario morenovallista, y hasta el mismo Pablo Rodríguez Regordosa, aún dirigente municipal azul.

Y a este grupo habrá que sumar a Enrique Cárdenas Sánchez, quien aunque no es panista asumió la candidatura de la alianza encabezada por el albiazul en la elección pasada.

El ex rector de la Udlap, desde luego, intentará una vez más impulsar una candidatura independiente utilizando como plataforma la organización “Sumemos”, apoyada por Gabriel Hinojosa Rivero.

Por otra parte, en el frente de Morena los apuntados también son varios: el primero de ellos es Fernando Manzanilla Prieto, secretario general de gobierno y quien estaría buscando el cargo para después lanzarse por la gubernatura, así como Gabriel Biestro Medinilla, líder del Congreso local y hombre cercano a Barbosa.

Otros que estarían pensando en lanzarse en busca de colocarse como posibles candidatos son los Gali.

Así es, Tony Gali Fayad y Tony Gali López, quienes no están en Morena pero tampoco están peleados con sus actores, al contrario gozan de cabal salud política y tienen muy buenos amigos en el grupo que está apunto de gobernar y controlar el estado.

Y es que el resultado de la elección en la capital despertó y sorprendió a estos personajes, quienes están convencidos, ahora sí, de poder doblegar a Morena y aprovechar, al mismo tiempo, el mal trabajo de Claudia Rivera.

La nueva guerra electoral seguro se va a poner buena.

Eso sí, me pregunto qué pensará el gobernador electo, Miguel Barbosa, de los políticos adelantados, quienes tal vez deberían esperar primero a que el mandatario asuma su cargo y tome posesión conforme a la ley para después manifestar sus aspiraciones.

Después de eso, me parece, entonces sí ya podrán lanzar las campanas al vuelo y sus respectivas campañas personales.

Porque en una de esas y hasta les cortan las alas a los adelantados.

Ya lo veremos.

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