La arquitectura renacentista, los frescos de las paredes y el techo de la Capilla Sixtina podrán ser admirados por los poblanos y visitantes al abrir sus puertas este sábado la réplica que se encuentra en el atrio de la Catedral de Puebla. 

 

La entidad es el lugar número 11 en México en donde la capilla se instala; anteriormente ha estado en la Ciudad de México, Toluca, Querétaro, Mérida, Torreón, Hidalgo, Monterrey, Tamaulipas, entre otros estados. 

Gabriel Berumen, director y productor de Capilla Sixtina, aseguró que la instalación no perjudica el atrio religioso, y es que explicó que bidones de agua de una tonelada están repartidas en todo el perímetro para evitar que la capilla con los vientos se pueda mover, “y no se está perforando ninguna parte del piso”.  

Detalló que al momento de hacer el análisis del subsuelo se detectó que era uno frágil, más suave, se decidió traer dicha estructura de aluminio, ya que existe otra que es de acero. 

“Nosotros no queremos dañar nada, ni tampoco que se dañe capilla, es un lugar donde queremos que la gente entre tranquilamente, entre con seguridad, y que puedan gozar del momento”, defendió. 

A partir de las 11 de la mañana de este sábado 30 de noviembre el público en general la podrá visitar. El inmueble tiene la capacidad para recibir a 600 personas cada quince minutos.  

Informó que, a través de la página en línea, https://superpasesixtina.com/event/9/capilla-sixtina-en-mexico-pueblase pueden reservar los boletos; sin embargo, quienes no cuenten con ello, las personas pueden llegar a la réplica y se formarán en una fila general, aunque la preferencia es para quien ya tenga sus accesos. Al momento, para el sábado 30 de noviembre se tienen registrados 18 mil personas, y para el domingo 1 de diciembre, 16 mil. 

El recorrido dura aproximadamente 45 minutos, contando 15 minutos de espera. 

Una vez abierta la réplica de la Capilla Sixtina, goza de los privilegios diplomáticos de la santa sede y de la nunciatura apostólica.   

La instalación de esta copia fiel es el resultado de un rompecabezas fotográfico integrado por 2.6 millones de imágenes para reproducir la bóveda y poder exponer en diversas partes de México la gran obra de Miguel Ángel Buonarroti. 

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