San Gabriel Chilac. En este municipio, año con año se integran las mayordomías de hermandades de las imágenes que son las que se encargan de llevar a cabo las anteriormente llamadas misas de aguinaldo, ahora conocidas como posadas.
 
La celebración, considerada una fiesta comunitaria, se prolonga del 8 de diciembre al 8 de enero, señaló Sotero Jorge Ortega García, cronista oficial de la localidad enclavada en la mixteca poblana.
 
A pesar de la difícil situación económica actual, las mayordomías invierten cuantiosas sumas en cada una de las nueve posadas o jornadas que se desarrollan del 16 al 24 de diciembre, mientras que los niños acostumbran, del 8 al 15 de este mes, “llevar su rama” de casa en casa para pedir su aguinaldo.
 
Las posadas son fiestas tradicionales que datan de hace más de 400 años e inician nueve días antes de la Navidad. Suelen empezar con oraciones, a las que sigue una procesión por las principales calles del pueblo en la que los participantes portan velas encendidas y cantan letanías.
 
Los mayordomos acuden con anticipación con quien creen y confían puede ser el padrino del Niño Dios y le piden que acepte la encomienda.
 
En la casa del padrino se recibe al niño Dios, con rezos, posadas, aguinaldos, piñatas, juegos pirotécnicos, villancicos, pastorelas, estudiantinas, grupos musicales, mariachi y más. No se pasa por alto el convite compartido entre padrinos, mayordomos, posaderos, familiares, amistades y vecinos que asisten en son de apoyo mutuo y solidaria participación comunal.
 
En la calles se aprecia el regocijo navideño, porque son rutas y senderos de los padrinos, peregrinos, posaderos, mayordomos, cantores, filarmónicos, niños y adolescentes ataviados de pastores, ángeles, arcángeles, reyes magos, que validan y enaltecen la llegada del Redentor.
 
En la parroquia, capilla y templos de la comunidad católica, el párroco y sacerdotes anuncian la lectura de las escrituras, la llegada del Hijo del hombre; también hay posadas y aguinaldos.
 
En la casa del posadero, unas 60 o 100 personas se dedican a embolsar los aproximadamente 5 mil aguinaldos que con valor mínimo de 25 o 30 pesos cada uno se repartirán durante la posada en la que se rompen no menos de 70 u 80 piñatas: juguetes bellos y espectaculares que constan de ollas de barro recubiertas y decoradas de papel de china y aluminio de virtuosos colores que por lo regular se llenan de frutas, dulces y otros llamativos obsequios.
 
Ahí se tiene la costumbre de que los invitados de los posaderos llevan una o dos piñatas y una botella de licor para el brindis. Cuando entran los peregrinos -que portan una flor blanca o arreglos florales que se colocará en el altar de la imagen- se lanza colación y confeti, se sahuma el ambiente, se cantan letanías y se entonan villancicos.
 
‘Este tipo de festividades religiosas son importantes, pues representan un momento de convivencia y alegría, donde impera la fe, la devoción, el sentido de comunidad y la hermandad entre los pobladores’, resaltó Yolanda Blandina Prado Cruz, Reina Xochicihuatl 2012.
 
Cuando los peregrinos llegan a su destino piden posada e instalan las imágenes en el lugar que para tal efecto se preparó y una vez concluidos los rezos se comienza la parte profana que consiste en un convivio, en el que no puede faltar el ponche, el champurrado, los tamales de mole o de dulce, los buñuelos y otros antojitos, además de los aguinaldos que repletos de dulces y frutas se reparten en vistosos tenates o canastas tejidas de palma o carrizo, ya que en esta población “se da a manos llenas”. 

Las posadas culminan en 
la Nochebuena con el arrullo y acostada del Niño Dios en los nacimientos, empero, continúan en el mes de enero con cuatro magnos bailes públicos y sendas comidas organizadas con el único afán de recordar este acontecimiento y agasajar a los visitantes e invitados especiales. Para amenizar, se contrata a importantes grupos musicales no sólo locales, sino nacionales e internacionales.
 
Es así que si bien cada comunidad impregna a sus festividades religiosas ciertas peculiaridades que las caracterizan, en los 20 municipios que conforman los Distritos de Tehuacán y Ajalpan, se coincide con apenas mínimas variantes en la realización de nueve posadas o jornadas, la acostada y levantada del Niño Dios, la colocación de nacimientos y la escenificación de pastorelas, lo cual cobra un gran significado e importancia en esta temporada decembrina.

Los nacimientos
También es común ver en sitios visibles de los hogares, oficinas, comercios, empresas o escuelas la escenificación plástica de la navidad.
 
Los nacimientos suelen colocarse desde el 16 de diciembre, apareciendo solamente al principio, las figuras de María y José y de los pastores con sus rebaños. La noche del 24 se agrega el pesebre y el Niño Dios, y el 6 de enero se suman los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar con sus cabalgaduras quienes –dice la historia- llegaron del lejano oriente para ofrecer incienso, mirra y oro.
 
El nacimiento debe conservarse hasta el 2 de febrero, “Día de la Candelaria ”, cuando en sencilla ceremonia religiosa se “levanta el Niño Dios” y se recoge todo para aguardar el siguiente año.
 
Esta costumbre la introdujo San Francisco de Asis, en el Siglo XII, allá por el año 1215, cuando ideó montar el nacimiento con personas y animales reales.  
 
En México, hicieron su aparición en Alcoman, en el siglo XVI, como resultado de las multitudinarias concentraciones de evangelización y del cuadro plástico de la navidad, desarrollado por los misioneros con el fin de llevar el mensaje cristiano-católico a la población étnica.
 
En 1528, Fray Pedro de Gante, organizó la primera muestra teatral de la Navidad , un 25 de diciembre, en que se recuerda el nacimiento de Jesús, hace más de 2 mil años, siendo de esta manera como se conmemora esta fecha que conjuga algo de religiosidad y paganismo.
 
Las pastorelas
En cuanto a las pastorelas, se sabe que nacieron en el siglo XVI, durante la época de la Colonia , cuando los primeros misioneros españoles descubrieron en éstas un método idóneo para la conquista espiritual de los indígenas.
 
El término pastorela deriva de los cantos de los pastores, su argumento recoge el acontecer de la vida de un grupo de campesinos que simbólicamente representan a la humanidad.
 
Los personajes principales encarnan las debilidades del hombre, quienes al cobrar vida se convierten en “diablillos” encargados de seducir o hacer caer en pecado a la gente. (

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