En medio de la contingencia sanitaria declarada por el gobierno federal para contrarrestar los contagios del Coronavirus, COVID-19, existen otros héroes sin capa que día a día se encargan de recolectar los desperdicios que genera la sociedad.

Pero los pepenadores y recolectores de basura que pasan en los carritos y en los voluminosos camiones, no se “rajan” y confían plenamente en su defensa más fuerte para tocar, respirar y hasta embadurnarse de las cosas más repugnantes, su sistema inmunológico que se refuerza todo el tiempo al estar expuestos a sin un fin de virus y bacterias que viven en la basura.

“No tenemos miedo”

Al ser cuestionados si tienen algún temor de realizar su “chamba” en la plenitud de la infección del COVID-19, sostienen: «ninguno”.

“Nosotros hacemos anticuerpos aquí, es lo que no hace fuertes ante todo”, afirman.

Aunque reconocen que la orden que han recibido de sus superiores es usar guantes y tapabocas para realizar su labor, aseguran que es imposible cumplir con esa encomienda.

“Sí nos han dado guantes y cubre bocas que es lo que tenemos que traer, pero aquí no se pueden usar. Por la actividad se rompen, nuestro trabajo es rudo”.

Contrario a lo que se pueda pensar, aplauden la “solidaridad” de la ciudadanía, ya que han tomado conciencia y tratan de apoyarlos en lo que pueden para que su trabajo sea menos riesgoso.

“Las personas nos traen cubre bocas, nos regalan guantes, son más precavidos para tirar sus desperdicios”, señalan.

Héctor Garcilaso Reyes, recuerda que ya han pasado por esta situación de incrementar el riesgo de su trabajo al mil por ciento, hace más de 10 años en plena epidemia de la influenza H1N1, pero siguieron al pie del cañón.

“Fue igual pero salimos bien librados. Vamos a seguir trabajando como todos los días”.

Garcilaso Reyes, pidió a toda la ciudadanía a que tomen conciencia del problema que estamos viviendo y que respeten las recomendaciones de las autoridades, que se queden en casa.

“Respeten todas las medidas al pie de la letra del gobierno para que no se vayan a infectar”.

¿Pero qué pasaría si estos héroes sin capa dejaran de pasar a recolectar nuestra basura todos los días? Simplemente se incrementarían los problemas de salud, enfermedades y plagas que colapsarían los servicios sanitarios.

Pese a que están expuestos a un factor de riesgo no se inmutan para realizar su labor y lo hacen con gusto todos los días, aunque suene difícil de creer.

México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), recolecta diariamente 86 mil 343 toneladas de basura (770 gramos por persona) y sólo se separa el 11% del total recolectado, por ello, existe la preocupación del manejo que se le dará a este tipo de material quirúrgico contaminado por el coronavirus, sobre todo en los hogares.

La gran mayoría de los municipios del país desecha la basura producida en las casas o trabajos en un mismo contenedor, incluso en una misma bolsa sin ser hermética provocando un mal tratamiento a la hora de transportarlo a las plantas de desechos. Si este tipo de residuos contaminados con COVID-19 quedan expuestos, el riesgo de contagio puede incrementar en México.

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