Esta semana el gobierno federal inició la reapertura de actividades en 324 de los 2 mil 463 municipios constituidos hasta hoy; 13 en nuestro estado o 12 como manifestó el gobernador de Puebla quien no considera a Chapulco en esta lista porque ha presentado contagios. El contexto de reinicio trae consigo un elemento importantísimo: La incertidumbre. Esta emergencia sanitaria nos ha exigido adoptar cambios sociales inesperados en cuestión de días, nuestra lista de prioridades se modificó para dejar como urgente el no infectarnos y evitar desarrollar la enfermedad, de la cual aún desconocemos mucho, descubren síntomas nuevos cada semana, seguimos sin fecha para acceder a la vacuna, al menos no en los próximos seis meses, considerando que una vez formulada deberá ser distribuida esa logística lleva su tiempo.

Es el escenario actual, la forma en que pensemos lo incierto determinará como responderemos. Para la ciencia la incertidumbre es el elemento detonante de protocolos, experimentos, hipótesis que buscan dar certeza en determinado fenómeno. Para la filosofía budista la incertidumbre es equivalente a la impermanencia, es decir, que todo se modifica inevitablemente, implica no apegarse a nada así disminuyen las emociones aflictivas y con esto el sufrimiento. El psicoanálisis opera analizando las circunstancias personales considerando incluir la incertidumbre para llevar al pensamiento la flexibilidad requerida y resolver los problemas que nos causan neurosis, es decir sufrimiento. Podríamos considerar que la incertidumbre se enfrenta mejor si la vemos como un factor de espera, un “contra todo pronóstico”, “la posibilidad inesperada”, pues la misma ciencia parte de ella para continuar investigando, esto en el ámbito espiritual es llamado milagro, en el lenguaje científico es posibilidad.

El fenómeno social y económico ocasionado por el coronavirus es de naturaleza aleatoria no admite propuestas determinantes para enfrentarlo, somos partículas en este universo de la pandemia, como tales tenemos nuestras particularidades, estas son las que nos mantienen en el campo de la incertidumbre nos guste o no pensarlo así, pues no hay una solución igual para todos cuando nuestras circunstancias familiares, laborales, económicas, de salud y otras son verdaderamente distintas.

Esta diversidad de factores parece agobiante si la pensamos como un todo más cada uno de nosotros conoce sus circunstancias entonces podemos usar la incertidumbre a favor mediante la reflexión y el decidido esfuerzo por pensar bien cada paso, la oferta cultural en nuestro país le ha dado más peso a las corazonadas que al ejercicio de pensar con lógica sobre cada situación, una decisión por intuición puede ser acertada eventualmente , también puede convertirse en un acto temerario para sostener el dicho “que pase lo que tenga que pasar”, si analizamos con lógica aperturamos nuestro razonamiento y podemos calcular otras salidas a un mismo problema.

Es un momento de observación personal pero no de individualismo, hoy sabemos que el trabajo en equipo nos construye más rápido y mejor; es una invitación a plantearnos desde muchas perspectivas nuestro futuro inmediato, observar los lineamientos sociales de prevención, estar informados  de lo que  la administración de gobierno proporcione dentro de sus obligaciones y la propuesta de sumar a la incertidumbre en tu escenario de posibilidades para crear rutas de salida y continuidad que quizá no considerabas. Cuidémonos estando atentos que aun cuando ya estemos activos económicamente el virus sigue ahí.

@AbigailBaezMdgl

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