Por: Alonso Cajica

Ayer se dijo, que el Poder Judicial de Puebla esta suspendido en sus principales funciones y que esa situación ha generado angustia e inseguridad tanto a los justiciables, como a los abogados litigantes, pudiendo agregar, que esta entidad, es una de las que mayor población de juristas activos tiene, solo por debajo de Ciudad de México, Jalisco, Estado de México y Nuevo León.

Así lo señaló el INEGI, con base en la información de la Encuesta  Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Hoy es importante recordar, que de acuerdo con la consultora Boston Consulting Group, la pandemia podría durar hasta la tercera semana de julio, fecha que, por si fuera poco, resulta inferior a la expresada por el Sub Secretario de Salud Hugo López Gatell, quien en conferencia de prensa de 28 de febPueblarero, señaló que la situación podría llegar hasta octubre o noviembre; en todo caso, lo cierto es que los acuerdos emitidos por el Consejo de la Judicatura del Estado, parecen dar respuestas muy pequeñas a los grandes problemas que entraña la suspensión del aparato judicial.

Para sustentar lo dicho, vale la pena citar la estadística que se publica en la pagina de
internet del Poder Judicial del Estado.

(http://www.htsjpuebla.gob.mx/filesec/estadisticas/portada/file/ESTADISTICA-JUDICIAL-2019_CUARTO_TRIMESTRE_04022020.pdf), de la que se concluye que se inician masjuicios de los que se sentencian, que un año no es suficiente para concluir una acción legal por muy sencilla que sea y que el acuerdo que debe recaerle a una promoción escrita, tarda un promedio de 10 días hábiles.

Así pues, siendo la administración de justicia la función por excelencia del Poder Judicial,
se debe buscar la manera de que tal propósito suceda, aun en los tiempos de pandemia;
máxime cuando el Poder Ejecutivo, a clasificado tal función como esencial y a pesar de
esta declaración, no parece estarse ejerciendo con la energía que se merece y que los
justiciables parecen demandar.

Pero ¿como impartir justicia procurando la salud de los servidores públicos que la
administran? ¿Qué etapas del proceso pueden seguir avanzando sin la comparecencia de
las partes? ¿Qué tipo de acciones se pueden tomar para mitigar los riesgos en los
tribunales?

Si hoy no podemos en marcha políticas extraordinarias para la prestación de este servicio esencial, el día de mañana, al levantarse la pandemia y celebrarse su conclusión, habrá juzgados llenos de personas desesperadas por conocer el estado de sus juicios; filas interminables para presentar nuevas demandas; escritorios llenos de expedientes esperando ser acordados o sentenciados, generándose con esto un campo fértil para unasegunda oleada infecciosa. Una segundo brote.

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