Una vez más, Luis Miguel Barbosa Huerta, gobernador de Puebla, aseguró que tiene pruebas para demostrar que los 220 millones que recibió el estado en 2017, para la reconstrucción de viviendas afectadas por el sismo de ese año, se gastaron en otras cosas.

Sin detallar, relató que el seguro contra desastres naturales que el gobierno encabezado por Antonio Gali Fayad tenía contratado, sí se cobró; sin embargo, el dinero fue desviado hacia otras acciones que “levantan sospecha” y no para auxiliar a los damnificados.

A pesar de ello, comentó que todavía no decide si debe acudir al Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) para exhibir las irregularidades.

“El seguro de desastres no lo invirtieron en el siniestro sino en otras cosas; no fue para la reparación de casas sino en otras cosas, y tengo las pruebas (…) por eso no querían que llegara yo, porque sabían que iba a tener la prueba de todo”, enfatizó.

En esta tónica, manifestó que si su gobierno interpusiera una denuncia por cada acto de corrupción cometido durante los gobiernos panistas en Puebla, seguramente su líder estatal, Genoveva Huerta, lo señalaría por pretender generar “cortinas de humo”.

El PAN dejó de ser un partido fuerte

De Acción Nacional, opinó que dejó de ser un instituto político serio y fuerte, pues hoy quienes lo integran son personas “radicales” y  “marginales”, que se dedican a difamar al gobierno del estado.

Más allá de ser una oposición de peso, el mandatario estatal consideró que la derecha poblana perdió rumbo y recurre a acciones como denigrarlo a él por su discapacidad, pero lejos de afectarlo lo victimizan.

“Vine a Puebla y le gané al poder político más obscuro que había en el país, al de todos ellos, al que encabezaba Rafael Moreno Valle. No han podido vencer mi fortaleza física ni de espíritu. Ellos nunca se explicaron como aguanté todo en el 2018. Siempre pensaron que me iba yo a doblar”, soltó.

 

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