Después de 19 meses el presidente López Obrador anunció su primer viaje de trabajo al extranjero. El destino y momento que eligió son objeto de múltiples críticas; AMLO ha sostenido desde la semana pasada que el motivo del viaje es ratificar la entrada en vigor del nuevo Tratado México-EstadosUnidos-Canadá TMEC.

¿Es necesario? ¿Urgente e impostergable en medio de la crisis por  la pandemia?  Solo ellos saben de qué tamaño es el compromiso que tienen. Sin duda, Trump ve con cálculo electoral el mostrarse junto al presidente de México y a López Obrador le conviene no recordar como Trump ha atacado ferozmente a México, desde que era candidato presidencial en 2016.

Con esta polémica por el viaje, imposible no recordar  los dichos, las críticas y hasta las páginas de uno de los más de quince libros que ha escrito López Obrador y me refiero al que tituló “Oye Trump” , publicado en junio de 2017.   El prólogo “Génesis de un Estado Pollero” fue escrito por Pedro Miguel y el epílogo por Elena Poniatowska. Leer nuevamente algunas de sus páginas es casi surrealista, por momentos te arrebata sonoras carcajadas que luego se convierten en coraje; veamos, sobre la indignidad de Peña Nieto escribió “Enrique Peña Nieto calla ante Donald Trump, nosotros decidimos enfrentar la xenofobia y defender a los migrantes”

Sobre cómo enfrentar a Trump apuntó “Antes de las elecciones de Estados Unidos fuimos muy prudentes y no nos pronunciamos a favor de ningún candidato o partido, nos ceñimos al principio de no intervención y de la autodeterminación de los pueblos, pero, ahora, no podemos consentir que como política de Estado se pretenda atentar contra la dignidad y los intereses legítimos de los mexicanos y la nación”.

Con esta claridad, López Obrador condenaba el racismo y la discriminación de Trump: Incitar al odio contra los migrantes es una forma de atentar contra la humanidad porque no hicimos humanos caminando”  ¿Y luego?  ¿Aprendió a incitar el odio todos los días a las 7 de la mañana?.

Escribió además que tenía pensado hablar directamente a los ciudadanos norteamericanos para convencerlos de lo equivocado que estaba Trump:  “Debemos exponer, ante quienes han sido víctimas de la manipulación, la perversidad de ese afán por culpar de sus problemas a los extranjeros y, en particular, a los mexicanos”.

Enrique Peña Nieto es objetivo central en muchos párrafos, sobre la subordinación del hoy ex presidente le dedicó estas líneas: “Dada la subordinación del presidente EPN a los dictados estadounidenses, equivale a una total ausencia de gobierno en México”  Esta película ya la vimos y no queremos verla otra vez ¿o sí?

Toda la indignidad que López Obrador veía y escribía hace algunos años parece que ha desaparecido. Mala señal y descortesía diplomática que no sea hospedado en donde habitualmente lo hacen Jefes de Estado. ¿El motivo? está en mantenimiento, por cierto, no es el único presidente que ha pasado por esto, en la época de Ronald Reagan sucedió algo similar a Miguel De la Madrid.

López Obrador llegará en un vuelo comercial y será recibido de manera económica, no tienen programada cena de honor ni actividades protocolarias. Al parecer, no solamente los mexicanos hemos advertido el modito del Jefe del Ejecutivo.

La historia y el tiempo harán lo suyo con López Obrador. Todos seremos testigos del polémico encuentro. Veremos qué tanto recuerda la indignidad de Peña Nieto; veremos cómo allá sí acepta el test para detectar COVID19 y como se protege con el cubre-boca. No cabe duda que pisar territorio norteamericano nos hace ser mejores personas. Estar allá nos hace recordar que las leyes se respetan porque sabes qué consecuencias  tendría no hacerlo.  No tiras basura en la calle ni excedes los límites de velocidad, simplemente respetas la ley.  López Obrador se portará muy bien con Mr.Trump, porque ya sabe qué consecuencias tendría no hacerlo.

 

¡Hagan sus apuestas!

 

 

 

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