Desde el pasado 1 de julio entró en vigor el nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Cánada (T-MEC), con el cual se pretende oxigenar a la economía del país, la cual se encuentra sumamente lastimada producto de la crisis sanitaria por el Covid-19.

De acuerdo con los datos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (Inegi), y el Banco de México, el Producto Interno Bruto (PIB), se contrajo en un 0.3 % durante al año 2019, y en lo que va del año se ha contraído el 1.3 % adicional.

Ello ha impactado significativamente el empleo de acuerdo a las estadísticas que maneja el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). De los 20 millones 482 mil 900 empleos registrados el año pasado actualmente conservamos sólo 19 millones 583 mil 170 empleos; llevamos hasta el 31 de mayo 900 mil empleos menos.

Por lo que, con la entrada en funcionamiento de este tratado comercial, con base al pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera una recuperación del Producto Interno Bruto de México de 1 % para este año y 1.6 % para el año 2021.

Carlos Salazar Lomelín, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial de México; Thomas J. Donohue, CEO de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos; yerrin Beatty, Presidente y CEO de la Cámara de Comercio de Canadá, puntualizaron que el T-MEC,⁸ profundiza los lazos comerciales entre los tres países, proporcionando una garantía necesaria para la economía de América del Norte, la cual representa alrededor del 28% del PIB global y 16% del comercio mundial. Al facilitar a los creadores de empleo la certeza que necesitan para invertir, contratar y crecer.

“El T-MEC moderniza el marco comercial de América del Norte hacia el siglo XXI. Incorpora las mejores disposiciones de su clase en áreas como el comercio digital, los servicios financieros y las telecomunicaciones. A través de nuevos capítulos innovadores, facilita la integración de las pequeñas y medianas empresas en el comercio internacional, promueve la competencia y contribuye a la lucha contra la corrupción”.

En general, agregaron, el acuerdo aumenta la competitividad de la región, lo cual es vital en un contexto internacional incierto caracterizado por tentaciones proteccionistas.

Para el funcionamiento del T-MEC, el Senado de la República y la Cámara de Diputados aprobaron 5 dictámenes relativos a la armonización legislativa de este nuevo acuerdo comercial: la Ley de Infraestructura de la Calidad; Ley de la Propiedad Industrial; Ley Federal del Derecho de autor; Ley Federal de Variedades Vegetales, y la Ley de impuestos Generales de Importación y Exportación.

T-MEC no es una varita mágica para reactivar la economía

El senador de Movimiento Ciudadano (MC), Dante Delgado, confió que con la entrada en vigor del T-MEC se contribuirá a inyectarle dinamismo a nuestra economía, a revitalizar nuestras cadenas productivas y a enderezar nuestra relación comercial con nuestros socios de América del Norte, sin embargo, afirmó, que el tratado por sí mismo “no hará magia, se necesitan las condiciones políticas elementales para traducir sus ventajas en tangibles que beneficien a nuestra economía”.

Puntualizó que se requiere de un andamiaje legal que genere certidumbre jurídica, que genere confianza a la inversión y a nuestros socios y que ponga en el centro la innovación y el desarrollo de nuestra economía; y un gobierno que sea capaz de tender lazos de confianza con todos los sectores productivos, con todos los gobiernos locales y, desde luego, con nuestros socios comerciales y de otras regiones del mundo.

Manifestó su confianza en que este paquete de leyes pueda devolverle a México su lugar como un país atractivo a la inversión, su lugar como una de las economías emergentes más importantes del mundo y su posición estratégica como vecino de la aún principal economía del planeta.

“En Movimiento Ciudadano confiamos en que este paquete de cinco leyes sirva para proteger e incentivar la innovación en nuestro país para darle certidumbre y seguridad a los creadores, a la industria y a los sectores productivos; que contribuya a que nuestro país se adapte a los nuevos flujos, dinámicas y prácticas del comercio internacional para que México y sus industrias se vinculen de manera efectiva al nuevo entorno digital”, señaló.

Por su parte el senador del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Manuel Velasco Coello, afirmó que con el T-MEC, México se consolidará como parte del bloque económico más grande y con más futuro en el mundo, podremos estrechar los lazos que nos unen a nuestros vecinos y acrecentar nuestra relación comercial.

“El T-MEC se convertirá en un catalizador de crecimiento, de avance tecnológico y educativo para México que detonará bienestar al sector más vulnerable de la población dándoles a los más pobres oportunidades de empleo bien remunerado y de capacitación para lograr competir en un mundo globalizado”.

Empero, también reconoció que el T-MEC no es por sí mismo una solución a la crisis económica, es necesario acompañar las políticas del nuevo acuerdo comercial con otras medidas para hacer sinergia y acelerar la recuperación con justicia social, como es la creación de un ingreso básico universal o ingreso básico solidario, para apoyar a quienes no tienen empleo.

La senadora del PRI, Claudia Ruiz Massieu, consideró que el T-MEC no solo debe ser una herramienta para crecer, sino para un crecimiento más incluyente y sustentable.

“Se trata de que con el T-MEC tengamos una sociedad más justa, con más desarrollo inclusivo y con menos desigualdad”.

Resaltó que el T-MEC se pensó como un instrumento de aliento a la inversión y al desarrollo, sin embargo hoy ante el duro panorama económico que enfrentamos “debemos pensarlo como un instrumento de recuperación y de reactivación”.

La senadora del Partido del Trabajo (PT), Nancy de la Sierra Arámburo, reconoció que México enfrenta dificultades económicas y sociales que se han agudizado gravemente en los últimos meses, por lo que esta legislación asegurará una mejor y mayor generación de empleo, inversión extranjera, competencia económica y todas las condiciones necesarias y jurídicas para el desarrollo y bienestar de las y los ciudadanos.

El senador Alejandro García Sepúlveda de Movimiento Ciudadano (MC), discrepó a quienes dicen que el T-MEC no traerá un beneficio, “quizá no inmediato, pero sí en el mediano y largo plazo”, aseguró.

“Tratados como éste, de gran calado, han permitido que México en tan solo 10 años multiplique siete veces sus exportaciones”, destacó.

T-MEC empieza a generar beneficios

La secretaria de Economía (SE), Graciela Márquez Colín, destacó que los beneficios del nuevo Tratado de Libre Comercio, México, Estados Unidos y Canadá, ya empieza a rendir frutos con el anuncio de la empresa canadiense Bombardier Recreational Products (BRP), quien dio a conocer la inversión de 136 millones de dólares para construir una planta de vehículos de cuatro ruedas en Ciudad Juárez, Chihuahua, lo cual se traduce en la creación de mil nuevos puestos de trabajo.

Aseguró que a esta inversión seguirán otras tantas en beneficio de la economía mexicana.

Márquez Colín, afirmó que el T-MEC es un trabajo colectivo por México y seguramente logrará que sea una palanca de desarrollo y no solamente de intercambio comercial.

Destacó que esta integración en América del Norte, comercial y productiva, “servirá para salir adelante de los efectos económicos del Covid, pero, sobre todo, generará espacios de desarrollo e inclusión en todo el territorio nacional.”

Añadió que el T-MEC da continuidad al TLCAN y lo hace más incluyente, aspecto que se alinea con las políticas de desarrollo que impulsa el actual gobierno. “Creemos por eso que es una palanca de desarrollo, no para obtener los mismos resultados; es una palanca de desarrollo porque vamos a obtener resultados en el que más regiones, más sectores, más mercancías y, sobre todo, más grupos sociales se beneficien de los frutos del comercio internacional”, indicó.

El T-MEC, dijo, es el resultado de un proceso de modernización de un tratado que estaba vigente y que permite actualizar las reglas para hacer frente a los retos del siglo XXI.

Mencionó, entre otras, las áreas que ahora se modernizan como los capítulos de mejora regulatoria, de impulso a las pequeñas y medianas empresas, de anticorrupción y de protección al medio ambiente.

T-MEC no es un salvavidas: Coparmex

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), afirmó que T-MEC no puede ser considerado “un salvavidas” y no puede ser el único mecanismo de recuperación para la economía del país.

Refirieron que México y el mundo están experimentando la peor crisis desde la gran depresión de 1929 y para hacer frente a esta situación, varios países han implementado medidas fiscales sin precedentes para apoyar a sus economías, sobre todo para proteger el empleo y el ingreso de los trabajadores, “situación que no está ocurriendo en nuestro país”.

México pierde 8 empleos por minuto. Se pronostica una caída del PIB por arriba del 8%. Estas no son, sin duda, las condiciones propicias para que el T-MEC pueda servir de motor para la recuperación económica”, señalaron.

La Coparmex, agregó que de nada servirá el T-MEC si en México no hay condiciones de certidumbre jurídica, ya que algunas de sus acciones han ido en detrimento de la confianza empresarial, lo que ha resultado en un inhibidor de la inversión que requiere el nuevo acuerdo comercial para ofrecer resultados.

El T-MEC habilita la inversión, pero no la activa

La desaceleración, el estancamiento y la recesión ya estaban presentes antes de que llegara la pandemia. El Covid-19 agudizó la situación. En 2019 se registró una caída en la inversión fija bruta de -5% anual, la más baja desde la crisis financiera global de 2009.

La confianza empresarial lleva siete meses consecutivos con niveles negativos en todos los sectores, según el INEGI. Sectores como el de la construcción han registrado niveles pesimistas desde noviembre 2018.

Hay una explicación detrás de esto, apuntaron, el cambio de reglas, las afectaciones al Estado de Derecho, las consultas públicas fuera de toda norma para justificar decisiones previamente tomadas, han ido en detrimento de la confianza y certidumbre necesarias para invertir.

“Desde fuera nos llegan señales muy preocupantes, alertas de que no se están haciendo bien las cosas en materia de inversión extranjera. México descendió tres posiciones en el ranking de competitividad del IMD Business School. Pasamos de la posición 50 a 53 (de 63 países). La posición de México es la más baja desde que se lleva a cabo este ranking”.

A esto se suma que México salió de la lista de las 25 economías más atractivas para la Inversión Extranjera Directa, elaborada por AT Kearney. Es la primera vez que la economía mexicana no figura en la lista desde su primer ingreso en 2013, cuando se ubicó en la novena posición.

AT Kearney relaciona la salida de México de esta lista con casos muy específicos, como la cancelación del NAIM; la construcción de obras con baja rentabilidad, como la Refinería Dos Bocas; el cambio de reglas en el sector energético y el freno a inversiones privadas en marcha como la planta de Constellation Brands.

“Vivimos el peor momento económico desde la gran depresión de 1929. La mayoría de los países están implementando medidas sin precedentes para tratar de contener los efectos económicos adversos provocados por las medidas de confinamiento. Según la OCDE, las medidas fiscales anunciadas por el Gobierno Federal solo representan el 0.4% del PIB. Si comparamos con el resto de países del continente, México se ubica en el penúltimo lugar, sólo después de Bahamas. El primer lugar lo ocupa Perú con medidas equivalentes al 12% de su PIB”, detallaron.

Los efectos del bajo apoyo fiscal del gobierno mexicano se reflejan en las perspectivas de crecimiento. De acuerdo a pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) sus pronósticos de crecimiento para el caso de México, es de -6.6% a -10.5%. “Esta es la caída más fuerte prevista entre los países latinoamericanos. Preocupa que nuestras principales economías competidoras tienen mejores perspectivas que México en cuanto a su recuperación”.

A partir de abril 2020, más de dos terceras partes de los gobiernos en el mundo han incrementado las medidas fiscales para mitigar los efectos negativos de la pandemia. Estas medidas han permitido preservar empleos y empresas. México, lamentablemente, es uno de los países con menores medidas fiscales como porcentaje de su PIB.

La situación no puede ser más grave. En mayo, las exportaciones e importaciones cayeron 57% y 47% con respecto al mismo mes del año anterior, respectivamente. Las exportaciones automotrices sufrieron una caída anual del 90%. La recuperación no será inmediata. Es más que nunca necesario que el gobierno implemente medidas y apoyos para preservar e impulsar el empleo en el sector exportador.

Es por ello que la Confederación Patronal de la República Mexicana, sostiene que por encima de cualquier medida que implemente, el Gobierno Federal tiene un reto aún mayor: recuperar la confianza. “El T-MEC no va a compensar la pérdida de confianza e incertidumbre en México”.

Señalaron casos como el de Constellation Brands y la dura misiva del American Petroleum Institute quejándose de un trato discriminatorio en el sector energético, hechos que no abonan a recuperar la confianza para invertir en el país.

“El T-MEC no podrá por sí sólo resolver la grave crisis económica por la que estamos atravesando. Es urgente activar políticas públicas, como los Remedios Solidarios que ha propuesto COPARMEX para proteger al empleo y al ingreso de las familias mexicanas”.

Enfatizaron que para que el T-MEC sea un instrumento útil para promover el desarrollo económico, tiene que acompañarse de un Gobierno eficaz que brinde certeza jurídica y que haga respetar el Estado de Derecho.

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