México ocupa el primer lugar en embarazo en adolescentes entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de entre 15 y 19 años.

En los tiempos que corren donde la información sobre sexualidad está más que nunca al alcance de la mano mediante los distintos medios de comunicación y sobre todo a través de las redes sociales y de aplicaciones como YouTube, esta situación no tendría por qué ser así.

En los tiempos de nuestras abuelas era muy común que el tema de la sexualidad fuera tabú, siendo sólo mencionado cuando una mujer estaba por casarse, pero aun así, la información que se les daba era poca dando lugar a que prácticamente las novias fueran a ciegas a su noche conyugal y por ende con miedo derivado del desconocimiento de lo que podría pasar. Aunado a esto, la falta de información provocaba que solieran quedar embarazadas muy pronto y que tuvieran un hijo tras otro, ya que el tema de la planificación familiar era inexistente. Esto causaba que el sexo femenino quedara relegado al cuidado del hogar y que se viera privado de oportunidades de desarrollo personal.

Poco a poco los tiempos fueron avanzando a favor de los derechos de las mujeres incluyendo el derecho a la salud en general y posteriormente a la salud reproductiva, que incluía la opción de usar métodos anticonceptivos, surgiendo así la planificación familiar.

Dicha planificación tuvo un impacto positivo en la disminución de fallecimientos a causa de muerte materna, ya que al embarazarse menos veces y de manera más espaciada, las mujeres ya no estaban tan debilitadas en su salud al momento de dar a luz.

Por otro lado, se dieron avances en materia educativa al incluir en los libros de texto información sobre sexualidad donde se les enseñaba a los estudiantes cómo es que funcionan los órganos sexuales, cómo es que se concibe un bebé, cómo se desarrolla dentro de la madre, cómo nace, pero también cómo evitar un embarazo no deseado así como se les explican los tipos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) que existen y la manera de evitar contraerlas. Toda esa información por supuesto adaptada a la edad de los estudiantes y presentada de manera científica.

Hasta la fecha se sigue impartiendo educación sexual en las escuelas y no sólo mediante los libros sino a través de pláticas y campañas organizadas por la Secretaría de Salud, con información actualizada con los avances médicos en cuanto a  anticonceptivos y a enfermedades se refiere, pero a pesar de ello y del complemento que mencionaba que ahora hay de información a través de distintas fuentes, la cifra de embarazos en adolescentes sigue siendo muy alta en nuestro país, como se lee al principio.

Si así la cifra es tal, imaginemos lo que pasaría si se decidiera eliminar de los libros de texto el apartado sobre sexualidad.

Pues resulta ser que no está lejos de ocurrir que se apruebe dicha eliminación gracias a una conservadora iniciativa de ley que ha causado polémica a nivel nacional: la llamada PIN PARENTAL, que consiste nada más y  nada menos en dotar a las madres y padres de familia con el poder de decidir y exigir que no se les imparta educación sexual a sus hijas e hijos. En el Congreso del Estado de  Aguascalientes ya fue aprobada y se someterá a discusión en varios estados incluido Puebla.

Si se lograra su aprobación, se correría el gran riesgo de que aumentaran exponencialmente los embarazos en adolescentes y en consecuencia las muertes materno-infantiles, significando un gran retroceso en materia de derechos sexuales y reproductivos para las mujeres, quienes hasta la fecha continúan siendo violentadas de distintas formas y consideradas como el “sexo débil”, “inferior al sexo masculino”, “nacida para ser esposa y madre nada más” por un buen número de hombres, ya que nuevamente podría ocurrir que una mujer desde muy joven tuviera un embarazo tras otro, regresando al papel de ama de casa sin más posibilidad de desarrollo profesional.

Esto podría provocar un aumento en la violencia hacia las mujeres que de por sí se ha incrementado de modo alarmante en todo el territorio nacional desde el inicio del confinamiento ordenado por la pandemia.

Estudios han demostrado que a mayor educación de las mujeres mejores oportunidades de desarrollo personal tienen, lo que impacta en menores posibilidades de ser violentadas por sus parejas o por cualquier otra persona del sexo masculino, así que volver a caer en el papel de esposas y  madres sin poder ir más allá, sería un muy grave retroceso en el combate contra la violencia de género hacia las mujeres.

Ojalá pese más la conciencia social y el conocimiento científico en las y los legisladores, que el conservadurismo que aún impera en buena parte de nuestra sociedad local y nacional.

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