A tan solo 30 kilómetros de la ciudad de Puebla, se encuentra la zona conocida como el triángulo rojo la cual está conformada por los municipios de Quecholac, Palmar del bravo, Tepeaca, Acatzingo y Tecamachalco, donde se registra el mayor número de actos criminales del estado, creando un ambiente de inseguridad entre sus habitantes.

En entrevista para Síntesis una maestra de nivel preescolar describe la zona como violenta, donde se vive con precaución y miedo, “es un contexto completamente adverso, sí se siente toda esa violencia, no solamente de la violencia que todos conocen como balaceras, es una violencia que se ejerce desde casa”, mencionó.

Haciendo alusión al maltrato que sufren niños y mujeres en sus hogares, recibiendo abuso tanto verbal como físico, creando un ambiente de hostilidad.

Situaciones como la lucha del dominio de las plazas entre diferentes organismos delictivos, al cual se le atribuye al robo del conocido “huachicol”, ha creado un sinfín de atentados contra los ciudadanos, entre los cuales se encuentran los secuestros, amenazas y asesinatos; atentados que han afectado no solo a miembros de la delincuencia, también, ha ido afectando a los profesores.
La maestra nos compartió que un día a la hora de entrada de los alumnos, 9 de la mañana, se desató una balacera enfrente de la institución, la cual fue presenciada por niños, madres y maestros, acabando en el asesinato de uno de los padres de familia que se encontraba por dejar a su hija.

“Este hecho sin duda, ha marcado, porque fue sangriento, violento, desesperante en el momento nadie sabía qué hacer, cómo actuar, qué decir y se queda en el ambiente eso, se respira el miedo de que vuelva a ocurrir”, declaró la docente.

Uno de los factores que más preocupación ha dejado entre los profesores, es el ejemplo que se le da a los más pequeños, presentando en un sector alarmante de alumnos, aspiraciones inocentes de dedicarse a la delincuencia organizada al cumplir una mayoría de edad.

“Es curioso, porque se divide, entre los que quieren una profesión (…) los que se encuentran en su contexto no violento y quieren ser doctores, veterinarios, etc. Y está el grupo de niños que dicen que quieren ser parte del crimen organizado, usando los apodos para estas actividades”.

La zona roja, sin duda, un lugar lleno de inseguridad presentando algunos de los problemas más graves que enfrentan niños, padres y docentes de nuestro país.

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