El viernes una amiga me mandó un video que me recordó un proyecto en el que participé hace 5 años en el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) del municipio de Puebla.

En dicho video, una mujer salía con palabras escritas en su pecho y cuello tal como yo salí en una foto para el calendario que produjo el CJM. En el calendario participamos cada una de las mujeres que tomábamos el taller de autoayuda.

Para la realización del calendario, las compañeras hicimos lluvia de ideas con frases que nos representaran y escogimos una, que iría acompañada con una foto nuestra que hiciera alusión a la frase.

En mi caso por vivencias de mi infancia escribí una frase que decía lo siguiente: “Las palabras hirientes dejan una huella imborrable en el alma”, por lo que al fotógrafo se le ocurrió la idea de que se me pintara el pecho, el cuello, los brazos, los dedos, las manos y la cara con palabras que me hayan herido y con las que también se identificaban mis compañeras.

Algunas palabras eran altisonantes, otras aunque no lo fueran lastimaban más que las groserías, como un “no vales nada”, “torpe”, “estúpida”, “gorda”, “tonta”.

En dicha foto una compañera salió conmigo igual pintada.

Fue agradable recordar con el video mencionado haber participado en un proyecto que tenía como objetivo hacer ver de manera gráfica a las mujeres los tipos de violencia, ya que suele ser más impactante una imagen que solo los datos duros.

Además, haber formado parte del calendario fue un ejercicio personal para aumentar la confianza en mí misma, que debo reconocer en aquellos tiempos no era mucha. Dejarme pintar y fotografiar era algo que me ponía muy nerviosa.

Para todas mis compañeras y para mí fue un gran reto que implicó romper con miedos, inseguridades, timidez, porque no sólo salimos en las fotos sino que también nos entrevistaron para la tele, donde contamos cómo fue nuestra experiencia durante el proyecto.

Regresando al video, es una canción donde mientras se reproduce al ritmo de un tango, una mujer va apareciendo con distintas frases y datos en su pecho así  como con graduales marcas de violencia en su rostro.

El video realmente te impacta por su realización y dramatización.

Por cierto que dice una cosa muy cierta que al oírla de entrada causa extrañeza, pero ya que continuas oyendo entiendes: menciona que también las mujeres somos culpables de la violencia, y es que narra cómo la chica violentada acude a sus vecinas del barrio para contarles que su marido se porta mal, a lo que ellas responden lo siguiente: “silencio, calla, es tu marido y te tienes que aguantar”.

Y es que tristemente es cierto que aún hay mujeres que solapan la conducta de los varones aunque estén casi matando a sus parejas. Aún las mismas mujeres siguen educando a sus hijos en el machismo y a sus hijas en la sumisión. Por cierto,  la mujer del video acaba siendo asesinada por su marido.

El video finaliza expresando que NUNCA ES CULPA DE LA MUJER LA VIOLENCIA QUE PADECE.

Aparte de este proyecto, la diputada local de nuestro estado, Rocío García Olmedo, compartió un video de una canción en su cuenta de Twitter que le comenté me enchinó la piel. El video se titula “CANCIÓN SIN MIEDO” y es de autoría de la cantautora mexicana Vivir Quintana.

La letra, la música, su extraordinaria voz, las voces hermosas y al mismo tiempo fuertes del coro, hacen que la canción se convierta en un himno para la lucha contra la violencia hacia las mujeres. La contundencia de su voz llega hasta lo más hondo de tu alma de mujer y te hace querer aprenderte la canción y cantarla a todo pulmón para seguir exigiendo ¡UN ALTO A LA VIOLENCIA FEMINICIDA!

Buscando sobre la autora, trae un pasado de abuso sexual por parte de su pareja contra ella y su hija que tenía en ese entonces 10 años, así como el asesinato de su marido a manos de ella ante su desesperación.

Años después, decidió alzar la voz a través de sus canciones como una manera de llevar la protesta a los oídos de las autoridades, quienes durante años han hecho oídos sordos a las manifestaciones de mujeres quienes lo único que buscan es justicia para sus desaparecidas y asesinadas.

Ojalá más proyectos como los que menciono se sigan realizando, para que cada vez sea más fuerte nuestra lucha y logremos que se vuela realidad el lema: ¡NI UNA MENOS!

 

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