Muchos han sido los comentarios entorno a la estrategia Aprende en Casa empleada por la Secretaria de Educación Pública (SEP), para dar seguimiento a las actividades escolares de los alumnos y en atención a las medidas de seguridad ante Covid-19. Para algunos, la transmisión de contenidos a través de la televisión podría ser algo obsoleto. Sin embargo, esta medida no es nueva para nosotros.

A lo largo de los años, hemos sido testigos de la incorporación de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en el ámbito educativo y cómo en los años 90 tuvo mayor impacto frente al aprendizaje electrónico (b-learning) y la controversia generada con la educación tradicional, pues de algún modo se creyó sería desplazada. No obstante, en nuestra actualidad ambas pueden combinarse.

Si eres de la generación que nació con la tecnología, ¿Cómo imaginas nuestro escenario actual sin ella?, seguramente tendrás que preguntar a tus padres o abuelos para saber cómo se resolvían ciertas situaciones. Por ejemplo, ¿Podrías esperar días o meses para tener respuesta a una carta? o bien, ¿Cuáles alternativas tendrías para hacer una búsqueda de información sin tener Google?

Algo de historia. En 1922 la Universidad Estatal de Pennsylvania trasmitió cursos a través de la radio. En 1934 la Universidad Estatal de Iowa comenzó cursos televisados de asignaturas como higiene bucal e identificación de constelaciones de estrellas. En 1950 la Fundación Ford comenzó a ofrecer becas para el desarrollo de programas educacionales televisados, por mencionar algunos a nivel mundial.

¿Qué ha pasado en México? La televisión educativa ha formado parte de la política educativa y de la SEP. Entre sus funciones está: apoyar al sistema educativo incluyendo la educación a distancia, atender necesidades de formación, capacitación y actualización docente del sistema educativo. Desde los años 40 ha tenido presencia y su primera emisión fue en 1948 a través de circuito cerrado sobre operaciones quirúrgicas.

Reconocer la historia o cronología de las tecnologías para la educación es importante, pues nos permite identificar la transformación e impacto que ha tenido también en nuestra sociedad y no dar por hecho que siempre han estado ahí. En este sentido, la televisión educativa también ha tenido sus cambios y bajo este escenario, toma un papel importante en compañía de la labor docente.

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

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