La lucha electoral en Puebla se está volviendo compleja y muy complicada para el PAN poblano, para su dirigente estatal, Genoveva Huerta Villegas, y para la militancia que ha decidido ser la única oposición al gobierno estatal y al barbosismo.
Y es que en el PAN las traiciones, los traidores y las rebeliones no van a cesar y estarán, de aquí al próximo 06 de junio, cuando se celebren las elecciones intermedias, en su punto.
Eso sí, tanto el timorato de Marko Cortés Mendoza, líder nacional panista, como Genoveva, saben perfectamente quién los está traicionando.
En sus respectivos escritorios está la lista y los nombres de aquellos que ya operan dentro del PAN con Morena y con los gobiernos estatales que son oposición a la causa albiazul.
Les preocupa, por supuesto, pero saben que así van a tener que enfrentar los comicios.
Al menos en Puebla, una de las fuerzas electorales más importantes a nivel nacional ya, se tienen detectados a los traidores, a quienes le están haciendo el caldo gordo a la oposición, a los enemigos políticos de Acción Nacional y a sus próximos candidatos.
Y son dos los nombres de los panistas poblanos que encabezan la lista de traidores y operadores, aliados de Morena.
Uno de ellos, es el presidente municipal de Atlixco, Guillermo Velázquez Gutiérrez, quien está metido ya en asunto relacionados con el gobierno del estado, para garantizar impunidad, de cara al 2021.
El famoso Memo Velázquez, quien ya aceptó entregar su municipio a Morena el próximo año ya goza de cabal salud y nadie dude que en algún momento pudiera cambiar incluso de camiseta.
Porque de otra forma nadie se explica cómo es que el gobierno de Atlixco, el cual está hundido en la inseguridad, en la pobreza, en la anarquía y en la ingobernabilidad, ha podido tener el aval de la administración estatal sin que reciba una sola critica a pesar de ser oposición.
En el PAN poblano todo mundo sabe que Memo Velázquez traicionó a su partido, y a las dirigencias estatal y nacional con tal de no tener problemas con sus cuentas públicas y durante su gobierno.
Y en Atlixco muchos de los proveedores del gobierno siguen esperando que el edil les pague sus servicios, les cumpla lo prometido y termine las amenazas en su contra por cobrar lo que les corresponde.
A ello se atribuye el cambio de camiseta, de discurso y de mañas por parte de Memito, quien tuvo la tonta idea de declarar que los medios son los responsables de la opacidad de su gobierno.
Ojalá que el municipio de “las flores”, como se le conoce también a Atlixco, logre en el 2021 un presidente municipal verdaderamente responsable porque Memo Velázquez resultó un verdadero fraude.
Y el segundo panista de la lista es ni más ni menos que el dirigente municipal del PAN, Jesús Zaldivar Benavides, quien se ha dedicado a lanzar criticas a diestra y siniestra contra Genoveva Huerta.
La razón, por supuesto, ya ahora todo mundo la conoce.
Y aunque Genoveva es responsable de la animadversión que le tiene su homologo en la capital del estado, por aquello de quererle arrebatar la dirigencia municipal, lo cierto es que ambos panistas no se pueden ni ver.
Chucho Zaldivar juró vengarse de la afrenta de Genoveva, sí, pero debido a que tenía cuentas pendientes en la Auditoría Superior del Estado (ASE) por su paso en el Conalep, negoció un borrón y cuenta nueva a cambio de libertad e impunidad.
Eso sí, acordó ser un esquirol más en el PAN, pero sobre todo un elemento de lucha y guerra contra la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco.
Así que el dirigente municipal panista en lugar de estar trabajando en pro de la elección que se avecina para beneficio de su partido, se ha centrado en la guerra contra los dos encargos y objetivos: Genoveva Huerta y Claudia Rivera.
Y si a esto sumamos que es uno de los grandes amigos de Memo Velázquez la lucha contra el PAN estatal toma más fuerza.
A esto se debe que la dirigencia panista de la ciudad únicamente genere comunicados para criticar a Morena y a Claudia Rivera, y no así a Morena y al gobierno del estatal.
Es muy evidente el juego perverso que se lleva a cabo en el PAN poblano, una estrategia que está tratando de fragmentarlo para disminuirlo y achicarlo para que pierda la elección en la capital.
Está claro que la dirigencia panista en la ciudad opera para Morena y para sus aliados.
Y si no al tiempo.
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