Primero porque no se les daba cobertura, luego porque se les está dando mucha. Total, acostumbrados como somos los mexicanos a que nada nos convence hemos llegado a colocar a FRENAAA en el trend topic de la semana.
Gilberto Lozano continúa avanzando y junto a él millones de mexicanos que lo siguen a través de sus cuentas de WhatsApp, grupos privados y públicos en Facebook y toda red de comunicación lo suficientemente eficiente para que su filosofía llegue a todo aquel que se encuentre preocupado por el rumbo del país. Después de meses de lucha, y de vencer un puñado de obstáculos con los que se ha topado en el camino, logró que se instalarán cientos de tiendas de campaña en el zócalo de la Ciudad de México en franca protesta en contra del gobierno de López y no se irán, según afirma, hasta haberlo conseguido.
El señor Lozano, en su calidad de líder del movimiento, es un ciudadano como usted y yo. Me parece que es lo más importante que se debe resaltar. Preocupado como millones por las decisiones de nuestro presidente y de las sacudidas a las que nos ha sometido desde los primeros días de su mandato, tomó la iniciativa de impedir que se arraigue en México una dictadura Chavista, o si se prefiere, que se frenen las ocurrencias ilegales, violatorias, dañinas y opacas que brotan desde Palacio Nacional y de todas las dependencias que se mantienen sumisas ante la figura presidencial.
Quizá la diferencia entre Lozano y cualquier ciudadano de a pie es su enorme valentía. ¿Cuántos mexicanos, estimado lector, estamos dispuestos a enfrentar a millones que aún creen y abrazan los muñecos de trapo con la figura de AMLO? Pensamos en las represalias, en lo desgastante que puede ser, en las consecuencias de nuestras acciones y nos paralizamos de miedo. Sabemos que las instituciones que rigen a este país se encuentran tan desgastadas que si no han podido contener y exigir a los que se encuentran amparados bajo la capa protectora de AMLO ¡qué podríamos esperar los demás creyendo que se respetarán nuestros derechos para expresar y manifestarnos libre y abiertamente en contra del presidente, MORENA y la Cuarta Transformación! Por ello, preferimos no movernos de nuestra zona de confort, y como siempre, esperamos que sea otro quien busque el cambio, que luche, que se esfuerce. Por ello y desde aquí, mi respeto a Gilberto Lozano.
Ahora bien, que reconozca su enorme valor no significa que comparta muchas de las directrices que implementa tras el objetivo de hacer que el presidente de la República dimita, pero ha logrado con enorme tenacidad ¡mover a millones! ¿Dónde están? Cómodamente sentados bebiendo un café y reenviando los mensajes que llegan a sus respectivas redes, mismas que han sido blanco de ataque para desvirtuarlas y contaminarlas, pero que se han convertido en eje central del movimiento. Desde aquí, mi respeto a los mexicanos que no se ven pero que con esa simple acción dieron vida al movimiento ¡siéntanse orgullosos de no ser bots!
Repetidamente he hecho mención a la diversidad de pensamiento y actuación de los seres humanos y he enaltecido la fortuna de ser así. ¿Se imagina, estimado lector, si todos pensáramos igual? No sufriríamos con las impertinencias de AMLO ni con las explosiones de Lozano, al final son dos líderes y eso nadie lo puede negar. Aún es demasiado incierto el rumbo al que nos dirige AMLO, su discurso es anticorrupción y amparado en él, ha hecho y deshecho lo que ha querido sin que el resultado haya redundado hoy en nuestro bienestar, y para prueba, he ahí el desencanto de sus seguidores con los indicadores de aceptación cada día a la baja. El rumbo que lleva FRENAAA es claro y preciso, si se logra o no hacer que el presidente renuncie será otra historia. Para combatir a una fiera se requiere de una bestia, excedida de físico o carente de moral. ¿Qué pasará después? Eso le toca responder a la clase política tan enredada, añeja y maloliente, lo que le tocaba hacer a la ciudadanía ya tiene hoy una repercusión mundial y eso debe enorgullecernos.
De cualquier manera, dice Romero Apis en su libro -El jefe de la banda- “Así a todos los presidentes les llega su final, porque los gobernantes son efímeros y transitorios… Solamente los ciudadanos somos permanentes”.