Acertada es la iniciativa de la Asociación Nacional de Locutores de México A.C (ANLM), quien hace unos días, por conducto personal de su Presidenta Rosalía Buaún Sánchez, entregó al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), formal solicitud para que nuevamente se realicen exámenes nacionales de aptitud a quienes quieran convertirse en locutores, cronistas o comentaristas, toda vez que se ha detectado que tanto en estaciones de radio, como en televisoras de carácter comercial y público a nivel nacional, se contratan a mujeres y hombres que no cuentan con las capacidades suficientes como locutores y mucho menos pueden demostrar niveles de capacitación o experiencia mínima indispensable.

La solicitud de la ANLM, también va acompañada de una propuesta de apoyo al IFT para que sea precisamente la Asociación que congrega a miles de locutores en todo México, la que actúe como órgano supervisor o calificador de las competencias que determine la autoridad y se pueda integrar un catálogo de requisitos, evaluaciones y actualizaciones constantes a quienes tengan la intención de convertirse en verdaderos profesionales de la voz, pues hoy, el ejercicio de la locución corre el peligro de ser utilizado de forma ineficiente, en demérito de la comunicación de calidad que merece nuestro país.

Veamos algunos antecedentes de la certificación que se hacía desde la década de los años 60 del siglo pasado, para comprender el porqué de la solicitud presentada por Buaún Sánchez.

Fue en febrero del 2016 cuando la Dirección General de Televisión Educativa, perteneciente a la Secretaría de Educación Pública, dejó de emitir certificados de Locución, documento indispensable que según los artículos 84 y 86 de la también ya extinta Ley Federal de Radio y Televisión exigía a quienes buscaban trabajar en cualquier estación de radio o de televisión, pues el documento que se entregaba a los profesionales del micrófono, era para que actuaran como cronistas, comentaristas o locutores, sin embargo al no ser más un requisito, cualquier persona puede ejercer la profesión de la voz, dejando en desventaja a quienes de forma responsable han adquirido conocimientos y capacitación constante.

Dos años antes, en julio del 2014, el pleno del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos había promulgado la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR), en la que de ninguna manera se menciona la obligación para que los medios de comunicación contraten a quienes demuestren tener la preparación suficiente en materia de dicción, conocimientos generales y técnicas de comunicación, para así poder trabajar frente a un micrófono, es más, en el texto de la Ley no aparece por ningún lado la palabra “locutor”, lo que deja abierta la posibilidad para que mujeres y hombres improvisados, ocupen espacios en la radio y la televisión, solo porque a la empresa le pareció correcto contratarles por su imagen, amistad con los dueños o por simple recomendación de un Sindicato o Asociación.

El problema aquí radica en que la calidad de lo que se ofrece “al aire” en cada una de las televisoras y radiodifusoras es reducida, además de que no le permite a la locución nacional contar con verdaderos profesionales, que estudien, se capaciten y por tanto tengan la capacidad para ejercer la comunicación oral, pues no se trata de abrir espacios a quienes “les guste” el medio, sino a quienes tengan la vocación y la verdadera convicción para desempeñarse como locutores, cronistas o comentaristas, comprometiéndose con su trabajo y teniendo en cuenta que es una profesión, no un hobby, ni mucho menos un oficio. Se debe profesionalizar la locución, pues el público merece contenidos en la radio y la televisión, acompañados de voces bien informadas y capacitadas.

De hecho, la propia Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, establece en su Artículo 216 las competencias del Instituto Federal de Telecomunicaciones para vigilar el que se hagan valer los derechos de las audiencias, evitando que los mensajes y contenidos emitidos vayan en demérito de los valores, cultura, tradiciones, principios y respeto. Además, en su Artículo 223 se señala que “la programación que se difunda a través de radiodifusión o televisión y audio restringidos, en el marco de la libertad de expresión y recepción de ideas e información, deberá propiciar”, entre otros puntos, “el uso correcto del lenguaje”.

Le adelanto que la Delegación en Puebla de la Asociación Nacional de Locutores de México, se mantiene constante en los esfuerzos para lograr que la locución sea considerada y aceptada como una profesión, de tal forma que en los próximos meses habrá de presentar una solicitud a los poderes del Estado Mexicano para que se establezcan puntos de acuerdo y declaratorias que ofrezcan a las y los locutores, la confianza de ser reconocidos como profesionales de la voz y la comunicación, en pro de una mejor sociedad.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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