Entre lo que quieren las audiencias de la radio poblana y lo que buscan las empresas hay diferencias marcadas. Los escuchas buscan frecuencias en las que “pasen” pocos comerciales y “pongan” más música, donde haya promociones creativas con las que puedan interactuar, participar y hasta ganar, una estación en la que si hay noticiario, que éste tenga un contenido con información veraz y conductores que no aparenten estar “vendidos” a los intereses de los gobiernos en turno. El radioescucha quiere locutores amenos, pero que no abusen de sus tiempos al aire, con contenido relevante, bien leído y preparado cuando abran el micrófono. Todo un reto para las y los empresarios que ahora también están ocupados en integrar sus programaciones a la nueva y obligada era digital, pues es lo que la pandemia ha dejado por consecuencia.

Directores operativos y artísticos, el área de ventas, el director de noticias, programadores; los coordinadores de promoción y por supuesto los y las locutoras tienen en sus manos la oportunidad de mejorar para salir adelante y ganar audiencia, rating, vender más, elevar el rendimiento empresarial y así “todos contentos”. Buen escenario que hasta se escucha sencillo, pero no lo será si los concesionarios no se abren a la posibilidad de integrar la experiencia de quienes han trabajado por décadas en la radiodifusión, con la fuerza motivadora de las nuevas generaciones que viven intensos cambios tecnológicos y saben ajustarse a las presiones que la digitalización les impone.

La guerra entre las estaciones radiofónicas, al menos en el área metropolitana de Puebla estará definida por sus capacidades de adaptación y la inclusión de contenidos de calidad, que le permitan a las audiencias (radioescuchas), ejercer su derecho al artículo 256 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR), donde se lee que “el servicio público de radiodifusión de interés general deberá prestarse en condiciones de competencia y calidad, a efecto de satisfacer los derechos de las audiencias, para lo cual, a través de sus transmisiones brindará los beneficios de la cultura, preservando la pluralidad y veracidad de la información, además de fomentar los valores de la identidad nacional, con el propósito de contribuir a la satisfacción de los fines establecidos en el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.

Más adelante dice que son derechos de las audiencias, entre otros:

  • Recibir contenidos que reflejen el pluralismo ideológico, político, social y cultural y lingüístico de la Nación;
  • Recibir programación oportuna que incluya diferentes géneros que respondan a la expresión de la diversidad y pluralidad de ideas y opiniones que fortalezcan la vida democrática de la sociedad;
  • Ejercer el derecho de réplica, en términos de la ley reglamentaria;
  • En la prestación de los servicios de radiodifusión estará prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas;
  • El respeto de los derechos humanos, el interés superior de la niñez, la igualdad de género y la no discriminación.

¿Quién de las y los empresarios ha detectado en los párrafos anteriores la clave para la innovación? ¿Cuántos están dispuestos a invertir en la contratación de personal experimentado y la capacitación de su personal? Se trata de un nivel superior de conciliación de intereses compartidos con quienes están del otro lado del transmisor.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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