Es tiempo de alianzas, al menos ese aprendizaje nos ha dejado esta pandemia, que a su paso deja mucha incertidumbre en el futuro de corto plazo. Por ello la importancia de que, con unidad, diversos sectores sociales sumen sus esfuerzos y voluntades para encontrar los espacios que permitan salir lo mejor librado posible de la contingencia que nadie sabe cómo llegó y mucho menos cuándo se va.

Alianza es un término que procede del verbo aliar y que, por lo tanto, considera la acción que llevan a cabo dos o más personas, organizaciones o países al signar un pacto, un acuerdo o un convenio que les permita alcanzar los objetivos planteados y ante los nuevos tiempos, es una modalidad cada vez más recurrente para compartir recursos técnicos, económicos y humanos, además de que ayuda a compartir prestigio y credibilidad por las partes involucradas.

En la locución también hay alianzas que se pueden realizar con miras al mejoramiento de las capacidades de quienes ejercen la profesión, misma que no es tan reconocida como otras disciplinas, en la que también hay estudios de por medio, aplicación del conocimiento y mucho compromiso social, pues el locutor hoy en día, actúa como generador no solo de imágenes acústicas, sino como productor de conciencias y por supuesto de la tan compleja opinión pública, esa que propicia el nacimiento de tendencias y preferencias, reales o estimuladas dentro de  una sociedad o grupo de individuos, sobre hechos sociales que reporten interés común.

Recientemente quien esto escribe, en calidad de Presidente en Puebla de la Asociación Nacional de Locutores de México A.C. (ANLM), platicó de manera virtual con Norma Quevedo, Presidenta de la Asociación de Locutores de Latinoamérica (ADLLA), para coincidir en la imperiosa necesidad que como profesionales de la voz tenemos de mantenernos capacitados, para enfrentarnos a las competencias que los nuevos tiempos nos proyectan, pues la digitalización le permite hoy a cualquier persona hablar en redes sociales con el uso de aplicaciones no profesionales y así convertirse (o al menos sentirse) en locutores y locutoras, solo por el hecho de ejercer su derecho a la libre expresión y simplemente poder hablar.

No cualquiera es locutor o locutora, pues como dijera el clásico popular: “no son enchiladas”. Se debe tener firme convicción y vocación para desempeñarse como tal, además que se hace indispensable una preparación a fondo para después, afrontar la responsabilidad de transmitir e interactuar con audiencias que lo menos que esperan de un profesional de la voz, es conocimiento basto de lo que dice y cómo lo dice.

Y regresando al tema de las alianzas, es que precisamente la plática permitió identificar puntos de convergencia para compartir las experiencias de locutores en Latinoamérica, pues ADLLA interactúa con diversos países del continente para intercambiar las ideas de mujeres y hombres entregados a la locución, pero además se detectó la problemática laboral que en México tenemos, al no contar con locutores certificados en las estaciones de radio y televisión, pues el Gobierno federal decidió retirar este requisito, abriendo la puerta para que, de forma irresponsable (no en todos los casos), cualquier persona pueda desempeñarse frente a un micrófono, en demérito de quienes tienen estudios y trayectoria.

La falta de un documento que obligue a quienes quieren desempeñarse frente a un micrófono a estudiar, capacitarse y actualizarse, amplía el espectro de “competencias” en los medios de comunicación donde los empresarios, prefieren pagar poco, a quienes apenas están llegando y por tanto no tienen idea de lo que vale la voz. Los concesionarios también deberían ajustarse a normas y principios legales que no existen todavía para contratar a su personal. Y ni que decir de los sindicatos de radio y televisión en nuestro país, quienes, en su desinterés por el crecimiento profesional de sus agremiados, solo miran intereses económicos y hasta políticos. Pero ese es un tema que se cuece aparte y del que valdrá la pena dedicar unas líneas posteriores en este espacio.

Así pues, desde la República Argentina, Norma Quevedo, quien también es locutora y actriz de doblaje, consideró necesaria la suma de voluntades de quienes están al frente de organizaciones que congreguen a los profesionales de la voz, de tal forma que en breve se estarán desarrollando acciones conjuntas, a través de una alianza con la ANLM, para organizar distintos Webinar con pláticas, conversatorios, conferencias y encuentros virtuales que ayuden a mejorar en distintos y tan necesarios aspectos de capacitación para las y los locutores.

Es tiempo de alianzas y de invertir en la locución, pues como lo dijo uno de los considerados padres de la independencia norteamericana, Benjamin Franklin a mediados del siglo XVIII: “Invertir en conocimientos produce siempre grandes beneficios”.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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