La aduana del 06 de junio del 2021 para Morena y sus candidatos no es nada fácil, incluso para lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quiere en su futuro como mandatario.

Lo ideal para Morena y AMLO es ganar los comicios intermedios para cerrar el sexenio con buenos números, con un sucesor amarrado y en la bolsa, y con un grupo de gobernadores apoyándolo.

Lo demás, es lo de menos.

Sin embargo, es imprescindible primero ganar las elecciones del 2021 -con amplia ventaja- para después buscar y apostarle al 2024, a la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación (4T) pero, sobre todo, a demostrar que el proyecto no era el equivocado.

El escenario parece fácil por los números y la aceptación que tiene actualmente Andrés Manuel; sin embargo, es más difícil de lo que parece por una simple y sencilla razón: la gente al que quiere y acepta es al propio presidente y a nadie más.

La elección entrante es el mejor termómetro para Morena y para su presidente, aunque Hidalgo y Coahuila no son buenas señales, ya que el PRI borró del mapa a todos sus contrincantes, particularmente a los morenistas.

Es por ello que las estrategias para tratar de mantenerse como el partido fuerte de México deben trazarse con pinzas, con mucho cuidado porque los morenos ya no tienen ni margen de error, ni la forma de equivocarse.

Son muchos los estados en los que peligra la estabilidad de Morena; de hecho, los siete que gobierna están prácticamente en juego porque podría perder la mayoría de los Congreso: Baja California, Puebla, Ciudad de México, Chiapas, Tabasco, Veracruz y Morelos (junto con el PES).

En Puebla, concretamente, la moneda está en el aire porque los líderes morenistas están peleados a muerte.

De hecho, Morena está dividido en 3 grandes fuerzas: la primera encabezada por el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, la segunda liderada por la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco; y la tercera representada por el senador Alejandro Armenta Mier.

Los tres ya tienen su plan para participar en la elección, el del mandatario estatal es jugar con una gran alianza partidista, con candidatos afinas en otros partidos y poner en marcha el ejército barbosista que encabeza Eric Cotoñeto Carmona.

Sin embargo, y debido a que la capital es de suma importancia para ganar prácticamente la mayoría en el Congreso del Estado, allí se jugará inteligentemente contra el gallo, o aspirante, que más aventaja actualmente en las encuestas, si es que va por el PAN: el ex edil Eduardo Rivera Pérez.

Y es que el gobernador está convencido de que el PAN sólo ganaría con Lalo Rivera y con nadie más. Porque si Rivera Pérez quisieras ir por otro partido francamente estaría derrotado.

Es por ello que se lanzó al ruedo a Eduardo Rivera Santamaría, el homónimo del panista, quien sí ve un problema en su tocayo ya que le restaría votos con el puro nombre.

La estrategia es confundir a la gente, porque no necesariamente el empresario Rivera Santamaría tendría que ganar, más bies es que se convierta en “el antídoto” contra el PAN y contra su posible candidato.

Esto permitiría, según la estrategia, restarle votos al PAN y fortalecer al candidato de Morena, en caso de erigirse como tal, el diputado líder del Congreso local, Gabriel Biestro Medinilla.

Rivera Santamaría, de entrada, lleva mucha ventaja ya sobre cualquier otro aspirante porque avanza sin obstáculo alguno, vía su programa de radio en la Tropical Caliente, sus promociones de apoyo social (como la más reciente del “Mercadito Poblano”) y su discurso de rechazo a los mismos políticos corruptos de siempre.

El empresario está, además de la radio, en anuncios espectaculares, en vayas, en mamparas, en el transporte público, en redes sociales y hasta en la sopa.

Y en una de esas, si el panista Lalo Rivera continúa exigiendo las perlas de la Virgen por ser candidato del PAN, las cosas podrían cambiar drásticamente y Rivera Santamaría podría ser el único Eduardo en la boleta.

Mientras tanto, la presidenta Claudia Rivera sigue su plan para reactivarse entre los poblanos para incrementar sus números de aceptación, y poder cambiar la percepción de los poblanos sobre su persona.

Claudia tiene dinero, la estructura municipal y con ella al nuevo líder de Morena en el estado, Edgar Garmendia de los Santos.

Dirigente de Morena que, además, simpatiza con Alejandro Armenta, quien ya le adelantó al columnista Salvador Ríos que el 2021 no es ni su elección, ni su momento, porque lo de él es buscar la candidatura al gobierno del estado en 2024.

El senador Armenta ya se adelantó, mostró su juego y sigue operando en las grandes ligas su candidatura para suceder al gobernador Barbosa.

Eso sí, y la duda mata: ¿Qué pensará el gobernador Barbosa al respecto?

Vamos a ver que dice.

poncharelazo@yahoo.com.mx

En twitter: @poncharelazo

Facebook: Alfonso González

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