Iniciamos el 2021 con esta primera columna de quien esto escribe, después de una pausa necesaria para tomar aliento y con nuevos brios, enfrentar esta nueva etapa.
El 2020 fue, sin duda, un año complejo que, al mismo tiempo, nos ofreció la oportunidad de reinventarnos.
Enfocamos nuestra atención en observar cómo evolucionó la pandemia que marcará a toda una generación.
Vimos enfermar y hasta morir a muchos de nuestros cercanos.
Atestiguamos la reacción tardía del gobierno y la desobediencia social que hoy arroja números escandalosos de contagiados y fallecidos.
Al final, logramos sobrevivir.
Pero este 2021 no será tan diferente al año que antecedió.
Resulta que éste será un año que nos definirá como sociedad.
Mientras la vacuna contra el COVID-19 no se aplique al grueso de la población, es imperante seguir cuidándonos cada día.
Ésta es nuestra nueva normalidad que tendremos que asumir pensando en el largo plazo.
A la par, viviremos un año electoral que definiría el futuro del país, ya sea para reafirmar el proyecto de la autodenominada 4-T, o bien para demostrar que México está preparado para que la democracia… la sana democracia, prospere.
Será también un año donde sortearemos los efectos de la crisis económica que el año pasado mostró sus primeros efectos: desempleo, quiebre de negocios, más pobreza e inexperiencia para saberla sortear.
Pero este puede ser el año de las oportunidades.
Solo basta esforzarnos un poco más y ser solidarios con el que sufre. De eso se trata la comunidad.
Porque al final, todos merecemos mejores condiciones, mejores oportunidades y mejores expectativas.
A los lectores del Periódico Síntesis, a todo el gran equipo que lo conforma, a mi querido amigo Oscar Tendero y a todos sin distingo (aquí entran los chairos y fifis), les deseo un 2021 lleno de esperanza, prosperidad y especialmente salud.
Que nuestras familias nos hagan recordar lo valioso de la vida y lo importante que es seguir esforzándonos por construir un México mejor.