Es un hecho que la aún presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, solicitará licencia a su cargo el próximo miércoles 20 de enero, para buscar la candidatura en Morena y poder reelegirse por un segundo periodo, si es que se le alinean los astros.
Porque, como están las cosas en su partido en Puebla y a nivel nacional, todo puede suceder.
Una vez hecho el trámite de la licencia para poderse separar del cargo, la edil tendría que esperar los tiempos y dejar la presidencia el próximo viernes 05 de febrero, tal y como lo establece la ley.
En ese sentido, habrá que subrayar que la norma es muy clara y La Ley Orgánica Municipal precisa, en el inciso E del Artículo 52, que: “El Presidente Municipal podrá pedir licencia hasta por noventa días. Las faltas temporales del Presidente Municipal serán cubiertas por su suplente”.
Y el relevo de Claudia Rivera no será otra que Argelia Arriaga García, su suplente y una mujer de la línea de la presidenta, activista de toda la vida.
La versión de que Andrés García Viveros, coordinador ejecutivo y brazo derecho de la presidencia, sería quien ocuparía el máximo cargo municipal, ante la licencia e inminente salida de Claudia, es totalmente falsa porque la ley es muy clara.
Tampoco existe, al parecer, la posibilidad de que Liza Aceves López, la secretaría general del Ayuntamiento de Puebla, pudiera asumir el cargo que deje la edil, pues cada uno se encuentra desempeñando sus funciones para lograr las metas establecidas en la Comuna.
Incluso, se dice, que ambos, junto con René Sánchez Galindo, secretario de gobernación, estarían designados como responsables de mantener el orden, la organización y el control del Ayuntamiento.
Así que la espalda de Argelia, quien asumiría, insisto, el cargo de presidenta, estaría protegida y cubierta por estos tres personajes, quienes son los que gozan de la mayor confianza de Claudia Rivera.
Empero, lo cierto es que la licencia de Claudia ya generó todo un galimatías y fuertes repercusiones dentro y fuera del gobierno de la ciudad, pues igual existen posibilidades de que se quede con la candidatura.
Incluso existen versiones de que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta está siendo muy realista y autocritico, por lo que, si los números de su gallo, Gabriel Biestro Medinilla, líder del Congreso del Estado, no dan para ganar, entonces sí se inclinaría por una segunda opción.
Y esa segunda opción, aunque no sea del gusto del mandatario, me parece favorecería a Claudia Rivera por muchas razones. La principal, tal vez, que cuenta con los recursos suficientes para hacer campaña, con ligas importantes -a nivel nacional- de la gente de Morena, del gobierno obradorista y con buenos números en cuanto a conocimiento entre los ciudadanos.
Ya sólo habría que analizar sus posibilidades reales de ganar ante un adversario como Eduardo Rivera Pérez, si es que es designado como abanderado del PAN y de sus aliados.
Una ventaja más que tiene Claudia es que el pleito en el PAN no cesa, no baja de nivel y hasta, en una de esas, podría dejar fuera a Lalo Rivera, el aspirante más competitivo que tienen los azules y su coalición.
En cambio, si la alianza que encabeza Acción Nacional impone a otro personaje que no sea Eduardo Rivera las cosas se les pueden complicar mucho, por más que digan que ya casi la tienen ganada.
Mucho más, aún, si es que designan como abanderado a alguien sin oficio político, sin discurso, sin conocimiento y sin la aceptación de los poblanos.
Alguien que lo único que tenga en sus logros sea la pinta de exitoso empresario y amigo del malogrado peñismo.
Por cierto, y a propósito de reelecciones, otros dos ediles que buscarán hacer lo mismo que Claudia Rivera son sus homólogos de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca; y el de San Pedro Cholula, Luis Alberto Arriaga Lila.
Los dos, hay que decirlo, están convencidos de que pueden repetir en el cargo si es que se lo proponen, y si es que, lo más importante, la gente se los permite.
A ver cómo les va.
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