Para desgracia de sus adversarios, quienes ansiaban verlo fuera de la institución a fin de seguir intentando destrozarlo en lo público y en lo privado, pero para fortuna de la comunidad universitaria de la BUAP, el rector Alfonso Esparza Ortiz no cedió a la tentación de la política.

El rector de la Benemérita Universidad poblana prefirió -como siempre- privilegiar los intereses de los estudiantes, académicos y personal en general, que los personales y políticos, así lo dejó claro durante la sesión del Consejo Universitario celebrado recientemente.

Y es natural, porque Esparza siempre ha sido un apasionado de la academia, del bienestar estudiantil y del proyecto universitario llamado BUAP, la universidad de sus amores.

La sorpresa de esta decisión, sin duda, es el hecho de que el rector haya resuelto y anunciado su permanencia en la máxima casa de estudios hasta que concluya su periodo de gestión, por el que fue electo al asumir el máximo cargo universitario.

Y aunque muchos querían ver al rector metido en la política, haciendo campaña y disputando un cargo público eso no sucederá. Los tiempos de Alfonso Esparza están perfectamente calculados y decididos.

La pandemia, pero sobre todo la campaña negra, de ataques y denostaciones, de las que han sido presas la BUAP y su rector durante los últimos años, ha dejado muchas enseñanzas y aprendizaje.

El más importante, tal vez, que la política y la academia nada tienen que ver porque son temas totalmente distintos.

Y sí, tanto en la BUAP como en muchas instituciones públicas y privadas de prestigio en el país, y hasta en el resto del mundo, también se hace política interna, hay diferencia de criterios, de puntos de vista, de ideología y hasta de costumbres, pero la gran diferencia es que en la academia se trabaja para un mismo fin: para la universidad y para el estudiante.

Empero, en la política es todo lo contrario, y sobre todo en la de nuestro país, donde las traiciones, la grilla, la mano negra, las trampas, la corrupción, el engaño, el abuso del poder, la mentira son la constante.

En la política se opera, se hace guerra y se emprenden acciones belicosas delicadas, sin miramientos, ni respeto a nadie, ni a nada, para destruir con tal de lograr poder.

Un poder que permita aplastar a los demás, que incluso tenga de rodillas a los adversarios.

En la BUAP, hoy por hoy, se viven otros tiempos.

La pandemia y los ataques, insisto, sirvieron para replantear el camino y para mejorar las condiciones de servicio para toda la comunidad universitaria.

La máxima casa de estudios en Puebla hoy es otra.

Más abierta, democrática, justa, equilibrada, brillante, solidaria y humanizada, pero sobre todo con estándares de calidad de los más en el ámbito nacional e internacional.

El tema de la sucesión va a transitar en la BUAP tal como lo marca la ley universitaria, sin sobresaltos, sin aspavientos, como cualquier otro proceso establecido en la vida de la institución.

El objetivo no es otro que mantener la paz, la tranquilidad y el bienestar de toda la comunidad, pues ya quedó claro que esto, sobre cualquier otra cosa, sigue siendo lo más importante.

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Los aspirantes a la presidencia municipal de Puebla que pretenden suceder en el cargo a la actual presidenta Claudia Rivera Vivanco, se siguen acumulando.

En los últimos días se pronunciaron dos personajes más que están en la palestra pública y en el ojo mediático, el polémico empresario, amigo del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, Eduardo Rivera Santamaría, y la regidora Rosa Márquez Cabrera.

Eduardo Rivera ya hizo público su interés por contender por la ciudad, y aunque no tiene partido dijo que comenzará la negociación con aquellos que lo han buscado para proponerle abanderar sus filas.

Habrá que recordar que el empresario participó en la campaña del gobernador Barbosa y, posteriormente, se dedicó a la gestión y apoyo social para beneficio de los ciudadanos, a quienes entregó, vía su programa de radio en la Tropical Caliente, cobertores, despensas, atención y terapias contra el Covid-19, ferias de empleo para la mujer emprendedora, entre otro tipo de apoyos.

En el caso de Rosa Márquez, ella es regidora de Morena en el Cabildo poblano, es madre del secretario de gobernación David Méndez Márquez, y una de las morenistas que está en contra de Claudia Rivera.

poncharelazo@yahoo.com.mx

En twitter: @poncharelazo

Facebook: Alfonso González

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