De acuerdo a los datos disponibles en la web, para el 14 de enero de este año, Estados Unidos ya había aplicado 14 millones de dosis de vacunas contra el COVID y China 10 millones, mientras que México logró con muchos tropiezos vacunar a 330,000 personas.

Esta semana el portal del gobierno federal para el registro de vacunas a mayores de 60 años comenzó a recibir los datos. Me atrevo a pensar que fueron miles, toda vez que a las pocas horas el sistema colapsó y dejó de funcionar. La página https://mivacuna.salud.gob.mx/ ha estado intermitente y me parece, que así como el alcance del virus a nuestros organismos será un golpe de suerte -o más bien dicho, de mala suerte- lo mismo sucede con el famoso registro. Las voces se alzan en las redes sociales para quejarse de que no hay manera de lograrlo. En mi experiencia, estimado lector, me di a la tarea de inscribir a mis padres y para el asombro de mi mejor amiga, lo logré en menos de 5 minutos. Ahora habrá que analizar otros escenarios.

Lo más preocupante es que México no cuenta con las dosis de vacunas para hacer frente a su población. Algunas llegaron y el presidente dio la orden de ser aplicadas a los médicos que se encuentran en primera línea contra el combate del bicho, pero eso sí, dejando de lado a todos aquellos que pertenecen al sistema de salud privado. No puedo evitar traer a la memoria aquellas primeras declaraciones de nuestras cabezas gubernamentales, asegurando que el virus no afectaba a los pobres, cuando sin lugar a dudas, han sido los más golpeados durante la pandemia. Bien por el presidente al haber pensado que quienes deben recibir primero la vacuna sean los adultos mayores de 60 años, pero comenzar por las “zonas rurales más remotas”, después atender a los de “ciudades de tamaño medio” y finalmente inocular a las “zonas urbanas más densamente pobladas” no tiene ningún sentido y según los expertos no existe justificación estadística para haber tomado esta decisión. Salvando la electoral, por supuesto.

Regresando a la página que ha causado tanto furor como irritación ¿no le causa extrañeza, estimado lector, que, sin tener vacunas, tan solo promesas, y con un pronóstico de vacunación optimista para lograr el objetivo en 6 meses (sólo adultos mayores) se busque identificar, ubicar y conocer el padrón de este sector?

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos -COFEPRIS- ha autorizado solamente al día de hoy a Pfizer y AstraZeneca para el proceso de inoculación de nuestra población. La producción de vacunas Pfizer está detenida y muy probablemente se tarden más de lo que se tenía planeado en llegar a México, por lo que la aplicación de la segunda dosis también se retrasará, aunque esto no implica ningún riesgo para los que recibieron la primera dosis, digamos que la segunda cumple las funciones de refuerzo a algo que en realidad ya es fuerte en sí mismo. Respecto a AstraZeneca se encuentra en proceso de producción y México en lista de espera. Grandes expectativas se generan respecto a las vacunas rusas y chinas y, mientras no se tenga la seguridad de que no producen efectos secundarios y funcionen eficazmente para crear anticuerpos al SARS-CoV-2 debemos agradecer que no entren en circulación.

Llama poderosamente la atención el entusiasmo que profesó Marcelo Ebrad en días pasados a través de su cuenta de twitter, al dar a conocer que la vacuna china CancinoBio ha iniciado el procedimiento necesario en espera de que COFEPRIS autorice su aplicación, de ser así, la vacuna que requiere una sóla dosis sería una muy buena opción. Me parece que poco debe importar si la vacuna proviene de Asia o de América, que cumpla con los requisitos y protocolos de salud es lo importante.

¿Y si no fuera así? México, siendo el país que ocupa el tercer lugar mundial en número de muertes por COVID, debería de estar actuando con políticas contundentes y acciones firmes, dejando de lado las promesas y los escenarios especulativos. Al paso que vamos, contemplo la hoja de registro de mis padres y mi esperanza se eleva a lo divino, pues muy poco es lo que podemos esperar de lo que hasta hoy ha sido un verdadero circo

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