Tal parece que el tema de la inseguridad, el desempleo, la crisis económica, la tragedia en el sector turístico, y toda la desgracia que ha dejado la pandemia no es nada comparado con todas las sorpresas que nos da la 4T.

Así es, el estilo de gobierno, desde el federal hasta menor en los municipios y juntas auxiliares, ya no sorprende a nadie.

Y está peor de lo que se esperaba.

Con razón la oposición está como está si tiene las manos amarradas ante una 4T, ante un gobierno y un presidente que nunca se equivoca.

Y si lo hace nadie tiene la razón más que él.

Hoy puede ocurrir lo que sea, absolutamente lo que sea en el gobierno y todo es culpa del neoliberalismo, de las feministas, de los medios, de los adversarios y de quien se deje.

Me pregunto, ¿hay algo que festejar en estos tiempos de crisis?

Ni siquiera la aprobación de una ley, de no ser para apoyar a los pobres, a los enfermos de cáncer, a los contagiados de Covid-19, para proteger a los niños, al medio ambienten a los sectores más vulnerables, es motivo de festejo.

Mucho menos cuando todos los gobiernos de la 4T nos siguen quedando a deber.

Y miren que la deuda es muy grande.

Porque es en este momento cuando le pregunto, ¿ya es usted más pudiente?, ¿tiene un mejor empleo?, ¿un mejor nivel de vida?, ¿tiene acceso a más y mejores servicios, como obra pública, atención en salud y gestión de gobierno?

¿Festejar ahora?

¿Qué carajo habría que festejar?

¿La aprobación de leyes que son obligación de los diputados, de las autoridades?

Me parece una barbaridad.

¿Por qué no celebramos la creación de una nueva obra, de un pacto de paz y cordialidad en Puebla, por ejemplo, o de un gobierno sensato, humilde, sencillo pero efectivo?

¿Por qué no festejamos que los empresarios se siguen fajando y no han decidido ordenar despidos masivos por la crisis generada por la pandemia, o que los doctores y personal médico está al pie del cañón y no se raja combatiendo el cochino virus?

Y me vuelvo a preguntar, ¿hay algo que festejar en Puebla?

Que tristeza que a los poblanos ya nada nos sorprenda en estos tiempos, ni siquiera los feminicidios.

Me parece, además, una verdadera estupidez que los medios, algunos por supuesto, critiquen a los políticos famosos que recientemente se formaron para recibir la vacuna contra el Covid.

Al final, como lo dijo el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, son ciudadanos y la aplicación de la vacuna es un derecho universal que no ve el estatus económico, cultural, ideológico y/o político.

Tampoco sorprende que aquellos que hoy critican y fustigan a esos políticos antes los adularon y hasta se les acercaron para tomarse la foto o para hacerles alguna solicitud.

¿A poco ya se les olvidó?

¿Qué nos sorprende en Puebla y el resto del país si ya en México todo puede suceder?

Hasta que la Autoría Superior de la Federación (ASF) se equivoque, se someta al escrutinio de la misma autoridad federal y permita que sea ridiculizada y evidenciada por torpe.

¿Qué nos puede sorprender cuando, según la 4T, los gobiernos anteriores -todos- cometieron actos de corrupción y robaron en todas partes, a costa de nuestros impuestos?

Eso sí, según hoy todo es miel sobre hojuelas.

¿Sorprendernos por qué hoy la ley se acomoda como conviene a la 4T y a sus funcionarios públicos?, no lo creo.

Me sorprendería, más bien, la reacción de la 4T y de Morena si todo lo que hacen ahora que son gobierno lo hubiese hecho el PAN o el PRI.

Seguro habrían puesto el grito en el cielo.

Pero no, ya nada nos sorprende en Puebla.

poncharelazo@yahoo.com.mx

En twitter: @poncharelazo

Facebook: Alfonso González

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