Después de la torpeza con la que se ha manejado la pandemia por Covid-19 en México, el regreso a clases de todas las escuelas antes de que termine el ciclo escolar que el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso el pasado doce de marzo, me parece que es un error.

¿Qué padre de familia en su sano juicio puede confiar plenamente en que la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Salud saben, conocen, y entienden, ¿qué y cómo deben implementar los protocolos sanitarios necesarios para hacerlo de forma segura? Tal vez uno que otro por ahí, pero en general, hay cuestionamientos severos sobre la declaración del presidente. Lo que se ve no se juzga, y lo que hemos visto y padecido está plagado de verdades a medias, mentiras a medias, interpretación de información y manipulación de cifras. Mal y peor con las decisiones de la autoridad y el nefasto Subsecretario Hugo López Gatell.

Después de un año del “Quédate en Casa”, el presidente quiere descubrir el hilo negro diciendo que la educación a distancia no es lo mejor para los estudiantes. “No podemos continuar con las clases a distancia, con televisión, con internet. Han ayudado mucho, pero no es lo mejor. La escuela es como el segundo hogar y ya los niños, las niñas, todos los estudiantes quieren encontrarse de nuevo en las aulas, en la escuela; lo mismo las maestras, los maestros”, dijo recientemente.

Con la pandemia, todos hemos vivido y aprendido tantas cosas en estos últimos meses, que parece que en Palacio Nacional no se enteran y no tienen el interés de hacerlo, y por si fuera poco, tendremos que padecer la curva de aprendizaje de la nueva secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez.

Si bien es cierto que en estados como Aguascalientes y Jalisco hay algunas escuelas que imparten educación híbrida, también es cierto que hay zonas marginadas que lo que quisieran es tener agua en los sanitarios y limpieza en las aulas y plantel todos los días.  No es muy diferente la historia en el resto del país.

¿Y en Puebla? En Puebla, antes de la pandemia teníamos escuelas que seguían esperando la instalación de sanitarios, lavabos y un techo adecuado para no insolarse en esta época. Sí, en el estado tenemos zonas que se quedaron rezagadas, sin baño ni acceso a agua potable y así están 4 de cada 10 escuelas según información del INEGI.

Es cierto que algunos padres de familia y alumnos ya desean poder regresar a las aulas, pero también es cierto que no existen aún las condiciones para que esto suceda ni en escuelas particulares y menos en escuelas públicas. La Unión Estatal de Escuelas Particulares A.C. informó que de las 95 escuelas que agrupa, al menos el 45 por ciento no están dispuestas a regresar hasta que no se tengas las condiciones adecuadas. A esto tenemos que sumarle la deserción escolar y la consecuente frustración de las familias, que por cuestiones económicas, de salud y trabajo tuvieron que dejar de estudiar anhelando poder regresar.

Me pregunto si el tan añorado semáforo verde traerá consigo las condiciones sanitarias, físicas y tecnológicas para que esto suceda. ¿Tendrán listos ya los protocolos sanitarios? ¿Podemos esperar una gestión eficiente de la maestra Delfina Gómez frente a un reclamo de rumbo y convivencia por el Covid-19 y decisiones estratégicas para ello?

Los programas sociales y la demagogia no resolverán el problema, serán dos años de retraso en el desarrollo de las niñas y los niños que marcará su vida para siempre, y nosotros como sociedad ¿Qué estamos dispuestos a hacer para revertirlo?

Espero tus comentarios en @NoticiasVicky y FB VickyFuentes/Oficial

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