“Creo que las mujeres están locas si pretenden ser iguales a los hombres. Son bastante superiores y siempre lo han sido. Cualquier cosa que des a una mujer ella lo hará mejor. Si le das esperma, te dará un hijo. Si le das una casa, te dará un hogar. Si le das alimentos, te dará una comida. Si le das una sonrisa, te dará su corazón. Engrandece y multiplica cualquier cosa que le des”.

Lo anterior fue expresado por el novelista y poeta británico William Golding, quien obtuvo el Premio Novel de Literatura en 1983.

Muy interesante aseveración viniendo de un hombre que nació a principios del siglo pasado, cuando las ideas de la superioridad masculina eran mucho más marcadas.

Por cierto que es muy linda también, pero tampoco se trata de querer ser superiores al sexo opuesto, ya que ninguno puede ser más que el otro porque simple y sencillamente desde nuestro nacimiento somos distintos; más bien lo que buscamos y merecemos las mujeres es el reconocimiento por parte de los varones de que las actividades que realizamos tanto fuera como dentro de casa son importantes también.

Lo que hemos tratado de alcanzar desde finales del siglo antepasado y principios del pasado, es la “igualdad” o más bien “equidad”, como es manejada ahora, en cuanto a nuestros derechos con respecto a los de los hombres.

Por supuesto que desde nuestra genética, las mujeres estamos programadas para ser más protectoras con nuestros hijos e hijas así como con nuestros semejantes y que en cuanto nacen los retoños, por citar un ejemplo, se nos desarrolla más el sentido del oído para despertar en cuanto escuchamos el llanto, por mínimo o quedo que sea, de nuestro bebé.

Claro que es cierto que las mujeres solemos ser el sostén moral de un hogar y las que solemos encargarnos de su correcto funcionamiento porque tenemos la capacidad del “multitasking”, pero esto no nos vuelve superiores, sino que nos da ciertas características especiales que se complementan con las que poseen los hombres. Si creyéramos en esa superioridad, estaríamos incurriendo en el mismo error de aquellos de subordinar al otro sexo y todo seguiría siendo una lucha de poder.

En otro tema, hace tres años el Instituto Andaluz de la Mujer y el Instituto Andaluz de la Juventud, presentaron la campaña, “No seas animal”, que tiene como objetivo combatir el acoso callejero del que son objeto día a día las andaluzas, al considerarlo como una forma de violencia contra las mujeres socialmente aceptada.

En el video aparecen distintas situaciones en las que las mujeres sufren acoso verbal o físico, ya sea al andar en la calle o al usar el transporte público. Lo que llama la atención en el spot, es que los hombres aparecen con máscaras de diferentes animales: un gallo, un pulpo, un cerdo, un búho.

Como parte de la campaña, se realizaron complementos impresos en los que se hace una descripción de la razón del uso de aquellos animales.

Por ejemplo, en el caso del pulpo, dicen: “El pulpo: se pega cada vez que puede”. En cuanto al cerdo: “El cerdo: te grita barbaridades”.

Así con los demás animales y acompañan la descripción con el hashtag: #NoSeasAnimal, más la frase: “Estos comportamientos no son propios de personas. Ayúdanos a que la fauna callejera se extinga”.

A tres años de distancia, me parece una buena campaña ya que ante la violencia hacia las mujeres que no para de crecer a nivel mundial, no queda otra más que realizar acciones contundentes; de entrada claro que suena fuerte el slogan de los andaluces; llamar animales a los hombres seguro no les cayó para nada bien y no les parecería tampoco en el resto del planeta, pero si ellos no se detienen a pensar en lo que las mujeres sentimos cuando nos gritan cosas obscenas o nos toquetean en la calle o en el transporte, no dejan más opción que actuar sin miramientos, porque la violencia empieza por esos actos verbales y físicos, que si dejamos pasar, acabarán por aumentar y ¿quién sabe?, podrían terminar en una mujer muerta más.

Nos leemos el próximo lunes.

Contacto

@Ari_Sintesis127 en Twitter

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here