Un locutor preparado, es un transmisor de ideas que puede modificar el pensamiento de cientos y hasta miles de personas, que logra generar sentimientos, reflexiones y hasta transformar realidades de comunidades enteras, pero lograr todo ello, implica mantenerse abierto a nuevos aprendizajes, saber escuchar e interpretar las necesidades de quienes les siguen en sus transmisiones. La constante interacción con el público, es indispensable para quienes se dedican al uso profesional de la voz.

Retomo estas palabras de Ramiro Garza, un radiodifusor comprometido y siempre analítico: «Radiar e irradiar, gran diferencia. Transmitir y comunicar: dos significados. Si haces radio, procura Irradiar y Comunicar, eso hará que seas diferente.  Porque quienes escuchan saben apreciar cuando tú los aprecias». Esto nos muestra la importancia de la locución inclusiva, en la que se mantiene la pasión por ofrecer mensajes serios, responsables y en función de contribuir a la transformación positiva de la sociedad.

Estar frente a un micrófono decía, es recurrir a la constante preparación, pues aunque se tengan décadas de ejercicio radiofónico o televisivo, no significa que automáticamente se logre la trascendencia requerida para construir una trayectoria de respeto. Hoy en día hay cientos de mujeres y hombres que no hacen uso responsable de su voz y el micrófono, que se pasan los días, meses y años hablando en una cabina, pero no logran conectar con su audiencia.

No basta estar en un sindicato, organización o asociación de locutores para asegurar que se es un profesional del micrófono; se hace indispensable siempre mantener vigente la capacitación, pasión y entrega de quienes viven por la radio o la televisión, habrá de observarse siempre con mucho cuidado lo que se dice y se hace para ser congruentes con la realidad del público.

Es muy fácil con un dispositivo móvil hacer transmisiones en redes sociales o sitios web para expresar cualquier cantidad de ideas que son meramente subjetivas, pero no representan el sentir de quienes les entregan su confianza para escucharles o seguirles, estas y estos personajes que lo hacen sin mayor preparación, debieran pensar mucho antes de salir al aire y sentir que están haciendo bien las cosas, que hasta se merecen premios por ello.

No es suficiente el acreditar un curso o taller para obtener una constancia oficial o credencial que les acredite como locutores, deben pues, reconocer que se hace fundamental tomar el ejercicio de la voz como un elemento de transformación social y no solo como un alimento para su ego.

En tal sentido, muchos de los nuevos locutores y locutoras están más en la preocupación de mantener una imagen personal, que en la preparación académica, de valores, ética y moral para profesionalizar su actuar público, dedican sus acciones al demérito de sus colegas y olvidan incluso que el uso de un micrófono es de interacción e inclusión, pero contrario a ello, solo buscan espacios en agrupaciones estatales o nacionales para desahogar muchas de sus frustraciones comunicacionales.

Sin nombres, ni apellidos para evitar transgredir o herir susceptibilidades, pero en la confianza de que estas líneas sirvan de reflexión para los profesionales de la locución, para que mantengamos una lucha constante por mejorar, por hacernos responsables y por supuesto para «irradiar y comunicar» eso es lo que buscan nuestros seguidores.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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