*Por: Dra. Ivonne Tapia Villagómez
La COVID-19 nos ha cambiado la vida, pero también ha conseguido replantearnos muchas cosas de no solo de nuestra cotidianidad, también de la actividad empresarial. Entre estos planteamientos surge el tema de la innovación, que es habitual en los países desarrollados y que lamentablemente ésta llega mucho tiempo después a países emergentes. Ante este panorama y desde hace algunos años la innovación frugal surge como un modelo de innovación que justamente tiene su origen en países subdesarrollados. Jaideep Prabhu, creador de este modelo, quien a través de la palabra hindi: “jugaad” que significa “hacer lo mejor posible con lo que se tiene” determinó que ésta sería la una salida importante de la crisis económica en los países no solamente que se encuentran en condición emergente, sino también en aquellos que se encuentran en desarrollo. Sin duda esto se ha convertido en un estilo de vida no solo para países como India, algunos otros en África, Asia y Latinoamérica, en donde también escasean los recursos para gran parte de la población y donde el ingenio se convierte en la mejor herramienta para solventar problemas. Así pues, la innovación frugal se entiende como aquellos productos, servicios o una combinación de ellos que son asequibles, sostenibles, fáciles de usar y que han sido creados bajo la escasez de recursos. No se trata de improvisar, sino resaltar que el gran valor que posee se basa en el ingenio y la creatividad para proponer ideas diferentes que parten de restricciones habitualmente relacionadas con los materiales, los costes, los procesos, etc. En ocasiones, incluso se emplea cuando surgen problemas urgentes que necesitan una rápida solución. Ante lo antes mencionado, es importante identificar los tres pilares en los que se basa la innovación frugal, mismos que son: la simplicidad de los medios empleados, flexibilidad a la hora de pensar y actuar, colaboración entre personas de dentro y de fuera de la organización. También goza de cinco características que conllevan el proceso creativo. La primera característica es la primacía del ingenio frente al capital, es decir, este modelo de innovación quiere encontrar soluciones creativas a problemas reales mediante el uso de los mínimos recursos posibles. La segunda característica es la rapidez, ya que la innovación frugal no pretende invertir años en investigaciones, sino que hallar la solución al problema de la manera más ágil posible. La tercera característica es el enfoque al cliente que precisa dar solución a un problema o necesidad concreta de la sociedad, ya que pretende satisfacer necesidades reales a través de precios económicos y accesibles para todas las personas. La creación de valor es la cuarta característica que a través de la innovación frugal no pretende aumentar los ingresos de la empresa, al contrario, su objetivo es aportar valor a su entorno y poder mejorar la vida de sus usuarios. Finalmente, la colaboración y el trabajo en equipo es la quinta característica que permite la interacción de diferentes profesionales y entidades con el afán de sumar capacidades y hallar la solución para el desarrollo del producto final. Ejemplos claros de ello fue la falta de materiales sanitarios en Europa, donde un grupo de 20 000 españoles con impresoras 3D en sus casas conformaron coranavirusmakers.org y lograron en tiempo récord la innovación frugal al servicio de la sanidad pública y de la ciudadanía, fabricando caretas y logrando reducir su precio de venta de 30 euros a no más de 3. En Uganda ante la falta de conexión de internet nace LIFI-Led, unas lámparas de led hechas de plástico reciclado ofrecen dicho servicio y se autoabastecen de energía solar lo cual permite luchar contra la brecha digital que padecen más de 800 millones de personas rurales en África. En China, el envejecimiento de la población unido a la crisis de la COVID-19 ha añadido gran tensión al sistema sanitario. Dado que buena parte de sus ancianos tienen enfermedades crónicas y viven en zonas rurales donde no hay muchos hospitales ni atención médica, han desarrollado un sistema de telemedicina increíble que permite a los médicos pasar consulta de forma remota, y prescribir tratamientos que pueden ser implementados localmente. La innovación frugal también puede ser aplicable a los descubrimientos científicos. En septiembre de 2015, la NASA mando una misión a Marte con un coste de 647 millones de dólares. Esa misma semana, la Agencia Espacial India envió a Marte su propia nave espacial con un coste de 77 millones de dólares, poco más de un 10% de la inversión de la NASA. Hay que destacar que la NASA gasta en un mes lo que Agencia Espacial India gasta en un año. Bajo esta premisa, la India consiguió explorar Marte con un presupuesto mínimo. Otro ejemplo al respecto de la atención de necesidades urgentes es en relación a los millones de bebés que nacen de forma prematura en el mundo. En los países desarrollados, se les mantiene en una incubadora que cuesta 20.000 dólares la cual requiere de electricidad para mantener una temperatura constante. Analizando este problema, Jane Chen y otros cinco licenciados de la universidad de Stanford inventaron una solución ingeniosa. Desarrollaron una especie de pequeño saco de dormir, en cuyo interior se encuentra una bolsa de un material parecido a la cera, que se derrite al calentarlo y que mantiene caliente al bebé, a una temperatura constante, durante seis horas. Esta ingeniosa solución cuesta 200 dólares, el 1% de lo que cuesta una incubadora. Este recurso sencillo y frugal ha salvado a más de 300.000 bebés en los últimos siete años. En México apenas se empiezan a llevar a cabo los primeros proyectos aplicando este modelo de innovación. Actualmente nuestro país se posiciona en el lugar 98 a nivel mundial. Se espera que en los próximos años se empiecen a desarrollar proyectos de esta naturaleza, procurando resolver tantas problemáticas sociales que aún padecen los grupos mayormente marginados, con el afán de brindar el bienestar que merecen.
La autora es académica de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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