Hoy están saliendo a votar millones de electores.
Miles de familias mexicanas esperaron este día con ansia. Comentaristas y analistas políticos hicieron un recuento minucioso de las opiniones, esperando el resultado con el que se decidirá el rumbo de México, al menos, por los próximos diez años. La gente, quizá siga formada ocultando el orgullo de su sonrisa tras un cubrebocas que ya es parte de la vida cotidiana en todos nosotros. Otros, están saliendo de la casilla electoral mirándose el dedo asumiendo que su voto será el decisivo y unos más ya se encuentran colocados en un cómodo espacio para seguir de cerca el desarrollo de la jornada.
Se está llevando a cabo la elección más grande de la historia de México. El INE ha calculado que son poco más de 93 millones de ciudadanos que cuentan con su credencial y que deberían acudir a las urnas a emitir el sufragio derivado de la obligación que tiene todo ciudadano en este país. ¿Cuántos cree usted, estimado lector, que serán los que acudan a hacerlo? En esta ocasión se disputarán más de 20 mil cargos de elección popular, que movilizarán a todo el territorio, para elegir 15 gubernaturas, 1,063 diputaciones (locales y federales) y 1,926 alcaldías y sindicaturas, sin contar otros cargos locales.
Morena se siente invencible y por supuesto, sus seguidores se mofan e insultan al son ya conocido de los chairos. Comentarios grotescos y vacíos son los que se hacen presentes por todos los canales de comunicación posibles. Ya lo decía el presidente, sus principales detractores son los que cuentan con una licenciatura, al menos. La oposición en un gesto desesperado unió fuerzas para dar vida a un híbrido descocado. Ahí están muy bien portaditos los candidatos del PRI, PAN y PRD haciendo gala de su enorme pasado. De la chiquillada o los partidos satélite, mejor ni hablamos, su función es evidente, dividir y debilitar el voto, o acaso ¿hacerlo mucho más fuerte? Pero eso sí, todos los colores partidistas intentaron convencer al electorado con pocas propuestas viables, pero con todo tipo de ritmos y bailes.
Lo cierto es que hoy es un día histórico, sin duda.
Después de las semanas que se nos vienen encima siendo testigos de la inconformidad que cualquiera de los bandos va a manifestar, una vez declarada su derrota, y que esperamos sea de forma pacífica, apegados a las instituciones y a las leyes débiles y mermadas, pero aún existentes, comenzaremos a vivir lo que serán, al menos, los próximos diez años de vida nacional. ¿Tendremos Estado de Derecho? ¿Seguirán en pie las Organizaciones de la Sociedad Civil denunciando los atropellos del gobierno? ¿Tendremos libertad de opinión o de tránsito? ¿Se honrará la propiedad privada? ¿Nuestros hijos o nietos acudirán a las escuelas a educarse o a adoctrinarse?
A México le falta aún mucho por crecer y desarrollarse. La madurez no la hemos alcanzado, incluyendo la democrática, hemos tenido muchos tropiezos y cometido muchos errores, fatales, pero cada paso que dimos siempre fue hacia adelante. ¿Seguiremos avanzando o entraremos en la fase del letargo que acabará con toda oportunidad de progreso social?
El voto se está llevando a cabo. En este momento ya no se puede convencer a nadie más para que tache las opciones que marcarán el futuro de México, con suerte y aún quede tiempo para acudir a las urnas, si es que no lo ha hecho, emita su sufragio estimado lector, estamos viviendo una elección en la que definitivamente, un voto hará la diferencia y ese, puede ser el suyo.
@anareyor